María José Solano - LO MODERNO
Rocinantus me espía
No se le pega ni una pizca de cultura clásica a la clase política española, refractaria a las lenguas muertas y las humanidades
Francisco Ibáñez
No es necesario ser un aspirante a Alec Leamas, que surgió del frío, para saber que a nuestros políticos los espían con Pegasus. Ya hay que tener nivel para bautizar a tu ‘spyware’ con un nombre mitológico y además hacerlo en latín. Pues ni ... por esas se le pega una pizca de cultura clásica a la clase política española, refractaria a las lenguas muertas, las humanidades y la cultura.
Muy lejos de actuar con originalidad, nuestros políticos infectados por Pegasus se han dedicado a copiar al insigne Ibáñez sin aportar, desde luego, una pizca de talento , imaginación ni humor: la T.I.A. a estas alturas ya estaría espiando a los malos con el potente programa de contraciberespionaje ‘Rocinantus made in Spain’. Pero vaya usted a saber, en este lío cutre , quién es el malo y quién no.
A ver si de una vez por todas le otorgan el merecido Princesa de Asturias a Francisco Ibáñez
La única esperanza ante esta vergonzosa comedia de espías que no llega ni a la suela del zapatófono de nuestros Mortadelo y Filemón es que sirva para tomar conciencia de lo mucho que en este país le debemos a don Francisco Ibáñez.
A ver si de una vez por todas le otorgan el merecido Princesa de Asturias. Aunque tal y como están las cosas en España, igual para entonces ya no existe Asturias ni hay princesa alguna.
Entonces, a la casta política de turno no le quedará más remedio que volver a plagiar al maestro Ibáñez. Siempre podrán recuperar aquellos NO-VEL ideados por el perverso millonario y traficante chino Ten-Go-Pis que, para vengarse de la sociedad que lo encarceló, creó el mítico galardón del mal destinado a condecorar a los más desalmados delincuentes capaces de superarse en el arte de cometer las peores fechorías.
Yo ahí lo dejo.