LIBROS
El estilo y el ritmo de María Oruña en ‘El camino de fuego’
Llega la quinta entrega de ‘Los libros de Puerto Escondido’, con los que su autora ha conseguido más de medio millón de lectores
María Oruña
La faja que viste la primera edición de ‘El camino de fuego’ respalda el trabajo de María Oruña (Vigo, 1976) con un hecho objetivo: se trata de una autora con más de medio millón de lectores. Sin embargo, al adentrarse entre las páginas de ... la quinta entrega de ‘Los libros de Puerto Escondido’, quienes estén curtidos en el suspense y la literatura de misterio se preguntarán -y no retóricamente- cuál es la relación, si es que existe, entre el aplauso de una espectacular mayoría y la calidad literaria.
La afirmación anterior no significa que nos encontremos ante una mala novela, pero sí, al menos aparentemente, ante una novela más, perfecta, sin embargo, para aquellos que estén dando sus primeros pasos en el género y, antes de atreverse con Shirley Jackson, Henry James o Daphne du Maurier, verdaderos maestros en la materia, prefieran empezar por algo más ligero; una narración que tiene, en la que pretende ser su mayor virtud, la inclusión de una serie de elementos que en los últimos años han llamado la atención de los lectores y conquistado el éxito, su mayor defecto.
‘El camino de fuego’. María Oruña. Destino, 2022. 400 páginas. 20,90 euros
Alternancia de tiempos
Para analizar este paso en falso, hay que partir de la trama: la teniente Valentina Redondo, protagonista emblemática de su obra, se toma unas vacaciones y viaja a Escocia junto a su compañero, Oliver, para visitar a la familia de este. Allí les espera una alegría que muy pronto derivará en tragedia con crimen incluido: el posible hallazgo de las memorias de Lord Byron , que todo el mundo daba por destruidas. Para el desarrollo de la acción, escoge alternar la actualidad de Valentina y Oliver con las cuitas de la joven amante de los libros Mary Macleod.
Una investigadora mujer, alternancia de tiempos en la línea de los grandes títulos de Kate Morton, escenarios y paisajes brumosos… y un primer cadáver que aparece después de una cena que recuerda a las mejores intrigas de Agatha Christie. Si todos los ingredientes de ‘El camino del fuego’ son atractivos, ¿qué es lo que falla? Probablemente el ritmo -demasiado lento- y el estilo -barroco y muy artificial, sobre todo en los diálogos-, porque, como en la cocina, en la literatura disponer de la mejor materia prima no es suficiente, hay que saber «guisarla» bien.
De lo contrario, el resultado, mediocre, no se alejará mucho del que a menudo se obtiene al grabar, contando con un gran presupuesto, una película para la televisión. Hecha la reflexión, sin embargo, no queda otra que recuperar la sentencia de la faja y aceptar con humildad que, quizás, esta reseña presente un juicio equivocado, ya que no hay mayor prueba de la fuerza de una ficción que el aval del público , algo con lo que Oruña cuenta de forma incondicional y relativiza cualquier crítica para devolvernos al misterio de las novelas que gustan a la multitud y las que no.