ARTE
Distopías cibernéticas y esperanzas digitales
Tres exposiciones mezclan arte y tecnología en Madrid. En los Teatros del Canal, el Espacio Fundación Telefónica y el Edificio España, los artistas se mueven entre el miedo y el optimismo
Los «ratones láser» de So Kanno, en «Máquina loca»
La tecnología cada vez condiciona más nuestras vidas. Hagamos lo que hagamos, todas nuestras acciones tienen ramificaciones determinadas por computadoras. El arte, por supuesto, no es ajeno a esto, así que no sorprende que coincidan en Madrid tres citas en las que el vídeo, ... la instalación, la pintura y la «performance» se combinan con la tecnología .
En los Teatros del Canal , «Máquina loca» se integra dentro de la programación del ciclo «Canal Connect», que incluye espectáculos y mesas redondas. Espacio Fundación Telefónica acoge «Paisajes de luz», del francés Joanie Lemercier. Por último, la galería White Lab invade los escaparates del Edificio España con «Renacer».
¿Vigilancia o comunicación?
Visitando « Máquina loca » llama la atención la dicotomía de los artistas , que oscilan entre la distopía de las cámaras que nos vigilan en todo momento y la esperanza de una comunicación más amplia en la que las inteligencias artificiales son seres vivos con los que llegar a entendernos o –al menos– a los que contemplar comunicarse amistosamente, como curiosos animalillos.
El artista más representado en la exposición, el belga Dries Depoorter , parece firmemente ser del bando distópico con sus tres obras. Una nos permite ver imágenes en directo de semáforos en algún lugar de EE.UU. y denunciar anónimamente a los peatones que crucen en rojo , una idea inspirada en personas que –cómodamente sentados en sus casas– vigilan cámaras situadas en la frontera con México para chivarse de inmigrantes ilegales, pero que puede perder mordiente en España, donde cruzar en rojo parece un acto tan natural y automático como respirar. Otra es una máquina expendedora de «likes» y seguidores en redes sociales, una idea con la que Depoorter podría hacerse de oro si la patenta para que sea instalada en aeropuertos y sedes de partidos políticos. La tercera es una cámara que –muy educadamente– anuncia que nos vigila. Por su parte, el taiwanés Li Yi-Fan aporta un desquiciado vídeo en el que narra conspiraciones varias, mientras el francocanadiense Grégory Chatonsky ha enseñado a una inteligencia artificial a soñar incesantemente con una humanidad ya extinguida .
Del lado de la esperanza se sitúa Rocío Berenguer con su proyecto «Interspecies G5», que propone usar el campo magnético de la Tierra para chatear con animales, plantas, máquinas y hasta piedras. El japonés So Kanno trae ratones robot que se comunican entre ellos con láseres y bailan . Anaisa Franco y Lot Amorós nos permiten hacer música tocándonos unos a otros (una idea subversiva ahora mismo) en una plataforma con sensores y las imágenes que crea el arco luminoso que Louis-Philippe Rondeau ha instalado en el Centro Coreográfico recuerdan poses de danza.
Quizá las dos visiones sean ciertas y nuestro futurista presente sea a la vez inquietante y encantador . Algo así parecen decir :mentalKLINIK con sus aspiradores «roomba» que bailan y escupen purpurina, pero que también nos vigilan.
«Máquina loca» . Colectiva. Teatros del Canal. Madrid. C/ Cea Bermúdez, 1. Comisario: Charles Carcopino. Hasta mediados de marzo.
Una de las montañas de luz ideales creadas por Joanie Lemercier
El artista y el activista
La obra de Joanie Lemercier también parece moverse entre dos polos. En su caso, a un optimismo que sueña paisajes apoyándose en la tecnología se contrapone un activismo medioambiental muy realista . Los « Paisajes de luz » que dan nombre a su exposición en Telefónica son montañas que recrea mediante limpios polígonos trazados por proyecciones de luz: el monte Fuji entre bambúes, el Eyjafjallajökull en plena erupción o cimas ideales e imaginadas en las que caen perfectas tormentas de nieve.
Pero, tras las montañas matemáticamente perfectas, nos encontramos con un bosque en peligro por la construcción de la mayor mina de carbón a cielo abierto de Europa. Lemercier sigue usando la tecnología para retratarlo, iluminando su vegetación con láser o registrando las protestas de grupos ecologistas mediante drones, pero esta segunda parte de la muestra es un gran contraste con la primera. La oposición entre el ideal y la realidad , entre la luz y el humo de las centrales térmicas, entre el artista y el activista.
Joanie Lemercier. «Paisajes de luz» . Espacio Fundación Telefónica. Madrid. C/ Fuencarral, 3. Comisaria: Juliette Bibasse. Hasta el 25 de julio.
Alfar 8 ha creado un código QR con azulejos de cerámica para «Renacer»
Tecnología urbana
Los bajos del emblemático Edificio España siguen estando vacíos y en renovación, pero los galeristas de White Lab han aprovechado sus grandes escaparates para montar una exposición que se disfruta a través de ellos y que aboga por la vuelta a la vida del inmueble, en plena Plaza de España, y de todos nosotros, después de este año en el limbo. Lo cierto es que en « Renacer » tiene casi más peso el arte urbano que lo tecnológico : las obras de PichiAvo y Taquen van en esa línea, mientras que la de Suso 33 incide en el escaparate como escenografía. Por su parte, Lola Zoido ha instalado un «jardín portátil» modelado en 3D; e Hyper Studio , una pantalla que refleja y deforma lo que sucede en la plaza. Pero, sin duda, la pieza que más destaca es la de Alfar 8 : un gran código QR formado con azulejos de cerámica pintada que permite conectarse a un «wifi» gratuito al escanearlo. Una perfecta mezcla de artesanía tradicional y tecnología, de arte y función.
«Renacer» . Varios artistas. Edificio España. Madrid. Gran Vía, 84. Organiza: WhiteLab. Hasta finales de marzo.