LIBROS
Darío Villanueva y la corrección política
El antiguo director de la RAE explora cómo la inquisición no cesa ni ceja en su empeño
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Iniciar sesiónCambian los tiempos, los siglos, las modas y los modos, los climas; cambian las costumbres, las gentes, las religiones, las ideologías; cambian las economías, las ciudades, pero algo permanece incólume, intocable, a veces reforzado, a veces debilitado, siempre combatido por minorías, es un rueda que ... gira en un eterno retorno parece que sin fin: la obsesiva persecución a la libertad individual. Una permanente caza a lo que el historiador C. Vann Woodward definió como «el derecho a pensar lo impensable, discutir lo inmencionable y desafiar lo indiscutible». Desde antes de la Ilustración la necesaria distinción entre sentimiento y pensamiento ha marcado los pasos justos y medidos de una Civilización. Si la Inquisición en su marco histórico no logró su principal objetivo, la neoinquisición laica que se multiplica en el presente tampoco lo logrará. Todo es una cuestión de tiempo.
«Morderse la lengua», brillante imagen que ilustra el desquiciado presente
Moderse la lengua. Corrección política y posverdad, de Darío Villanueva , es un muy sugerente ensayo sobre los dos fantasmas que amenazan a la sociedad contemporáne a. La corrección política, que comenzó con una bienintencionada propuesta de respeto y sensibilidad, se ha convertido en un arma de coerción extraordinaria. La principal consecuencia de esa coerción, cuando no implacable persecución, es la autocensura ; la segunda, derivada de la anterior, el miedo y la tercera, el silencio . Se interpretó la ortodoxia como un hecho conservador, propio de fuerzas reaccionarias, temerosas de la libertad; ahora, sin embargo, se completa el círculo infernal, ya están todos, porque buena parte de esta nueva modalidad viene del lado contrario. Religiosos y laicos, aquí la cuestión es perseguir, denunciar, prohibir, sentenciar.
Ir por libre
Como fundamento, cambiar las palabras para que la realidad cambie. o se amolde a la ortodoxia dictada por los tiempos. No hay resquicios, pues los nuevos soportes tecnológicos amplifican y multiplican, de manera tan ferviente como voluntaria, la denuncia de quien va por libre, y ese ir por libre se entiende como una provocación a lo correcto. De ahí, lo de «morderse la lengua», imagen brillantísima, que ilustra los raros y desquiciados tiempos presentes.
Darío Villanueva, con una prosa incisiva, a menudo irónica, implacable , sin la hojarasca académica, pero con una profunda capacidad de comunicar a numerosos sectores de la sociedad con rigor y conocimiento, se adentra en todos y cada uno de los capítulos relevantes de este atormentado fenómeno: la tolerancia represiva, el sentimentalismo tóxico, los espacios seguros, la cultura de la cancelación, la corrección política y los diccionarios, las censuras (de diccionarios y constituciones), verdad y filosofía, industrias de la mentira, patrañas históricas y culturales , poshumanismo, sociedades distópicas, son sólo breves epígrafes de un libro extraordinario, documentado con precisión e inteligencia, mil veces útil, valiente, provocador, sensato y, sobre todo, cargado de un valor esencial para la convivencia (y el lenguaje es el eje vertebral de esa convivencia): el bendito sentido común. Un libro imprescindible e impecable. Un aviso cervantino ante el espectacular desvarío de los tiempos presentes. Allá cada uno.
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