LIBROS
Daniel Gascón, la ciudad no es para mí
El escritor zaragozano regresa a la parodia en la España rural que tanto rédito le ha dado con ‘La muerte del hipster’. Actual y divertida
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Iniciar sesiónEditor de la revista ‘Letras Libres’ y novelista de éxito tras la publicación de ‘ Un hipster en la España vacía’ , Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) es autor, también, de libros de relatos como ‘La edad del pavo’ y ‘Fumador pasivo’, y una especie ... de memoria familiar, ‘Entresuelo’, un homenaje a sus abuelos y a un lugar, el entresuelo del número 88 de la calle Goya donde el autor, de niño, descubriría mundos que le han servido porque son parte ya de su memoria. Estos libros, por su especial sentido del humor y la percepción sutil del detalle, no desmerecen en nada al título que le ha dado fama y que resultó un acierto al conjugar este tipo de escritura con un tema en candelero, el de la España vacía.
Fue un acierto al conjugar dos fenómenos que se prestaban fácilmente a la parodia, como es el del brumoso mundo de los hipster aliado al éxodo urbano hacia el agro . Hay que decir que a Gascón se le da muy bien la parodia, género más alto que la farsa y que a él tiende, probablemente por sus orígenes gallegos o por influencia de los humoristas británicos.
No deja títere con cabeza
Gascón estudió Filología Inglesa en las Universidad de Zaragoza, de tal modo que quién hubiese esperado una narración quevedesca o valleinclanesca vio frustradas sus esperanzas a favor de una mirada que bebe en Saki, en Evelyn Waugh o en Tom Sharpe y que, como estos, no dejan títere con cabeza pero siempre tendentes a una identificación con sus parodiados que la tradición quevedesca rechaza de plano. Y quizá haya sido esa especial conformación del protagonista de la novela, Enrique Notivol, la responsable de parte del éxito, ya que lejos de reducir al personaje a excusa de escarnio, hace que el lector se identifique, por lo menos mientras dura la lectura de la novela, con este personaje imposible que una vez conseguido su objetivo de convertirse en alcalde se dedica a cambiar de un plumazo los restos del agro ancestral del pueblo de su tía, en Teruel, donde se acoge, así sin más, y termina enamorándose de Lourdes, la dueña del bar de la carretera.
Ahora, Gascón acaba de publicar la continuación, si puede llamarse así, con ‘La muerte del hipster’ donde nos encontramos a nuestro Enrique Notivol intentando defender a su pueblo, La Cañada, contra la invasión urbanita que le amenaza debido a la pandemia y que, al modo de los personajes ‘boccacianos’ de ‘El Decamerón’, huyen al campo como inconsciente tabla de salvación. Notivol se ve, así, impelido a comportarse y reaccionar del mismo modo que hicieron con él los naturales de la zona cuando, despechado por un amor contrariado, se refugió en el pueblo de su tía.
En fin, novela llena de recursos paródicos y escrita con una prosa eficaz y a ratos conmovedora, ‘La muerte del hipster’ es la digna continuación de la narración que le dio fama.
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