PERDONEN LAS MOLESTIAS

Los viernes, inundación

ARIS MORENO

Observen la siguiente pregunta: ¿Qué hacer con las parcelaciones en zona inundable? Podría usted inferir que la cuestión fue planteada antes de ayer, después de que la lluvia haya desbordado los pantanos de la cuenca hidrográfica, el cauce del Guadalquivir haya rebasado los 1.500 ... metros cúbicos por segundo y los márgenes del río hayan alcanzado nuevamente decenas de parcelas ilegales. Pero no. La interrogante fue planteada en esos mismos términos en marzo de 2010. Aquel año, la crecida del Guadalquivir superó los 2.400 metros cúbico por segundo y 950 viviendas en zona inundable tuvieron que ser desalojadas.

La pregunta, por lo tanto, es una letanía que nos desayunamos tras cada riada. Quiere decirse que después de toda inundación con riesgo para la vida de cientos de personas, la autoridad competente no da una respuesta para corregir el despropósito y evitar la catástrofe. No. Formula una pregunta. Concretamente, la que encabeza este artículo. La interrogante suele venir acompañada con algunos golpes de pecho y sus correspondientes propósitos de enmienda.

Por ejemplo: en 2010 se estudió seriamente la posibilidad de construir diques de contención para evitar que el agua anegase las viviendas situadas, ojo, en zona inundable del Guadalquivir. Y usted se preguntará: ¿Qué diablos hacen varios cientos de casas edificadas en el área de cautela del río? Buena pregunta. Pero volvamos a la cuestión original. ¿Qué hacer con las parcelaciones en zona inundable? Pues bien: los técnicos plantearon la opción del muro de contención o/y, en su defecto, la expropiación y derribo de las viviendas en zona crítica.

¿Qué se ha hecho desde entonces? Otra muy buena pregunta. Caballero: está usted hoy que se sale. Salvo 14 viviendas, el resto de las casas desalojadas entonces fueron reocupadas, ninguna de ellas ha sido expropiada y, mucho menos, derruida y el dique de contención sigue engrosando, tres años después, la interminable lista de los buenos propósitos.

Los expertos aseguran que el caudal del Guadalquivir alcanza los 2.400 metros cúbicos por segundo, el mismo registro que en 2010, cada cien años. Pero todo el mundo sabe que las estadísticas son una ciencia imprecisa, que lo mismo sí que lo mismo no. De tal forma, que en el siglo XX, el que acabamos de traspasar con la velocidad del AVE, se registraron unas cuantas crecidas centenarias. Ahí, estimados contribuyentes, está el dato.

De igual manera que caudales de hasta 6.000 metros cúbicos sólo se producen cada 500 años. Y que con ese volumen de agua, el margen del río Guadalquivir se podría ampliar provisionalmente hasta la Plaza del Potro, amen de convertir el Campo de la Verdad en zona navegable. Eso dicen, queridos parcelistas, los cálculos de probabilidad. Oséase.

Este año, por ahora, la crecida ha superado los 1.500 metros cúbicos y ha descrito el curso previsto. Primero, las lluvias insistentes por encima de la media del año pluviométrico. Segundo, el desembalse de los pantanos saturados por una avenida de agua poco común. Tercero, una riada amenazante con caudales que multiplican su potencia habitual. Cuarto, el desalojo de las viviendas edificadas inadecuadamente en el margen del río. Y por último, cómo no, la pregunta de rigor: ¿Qué hacer con las parcelaciones en zona inundable?

Los viernes, inundación

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