Un guardia civil ejemplar

Matías forma parte del Destacamento de Tráfico de Quintanar de la Orden, donde nació hace 47 años. En sus primeras palabras tras recibir la medalla se acordó de los 12 compañeros que murieron y de los 32 agentes heridos en el atentado de ETA del 14 de julio de 1986 en la Plaza de la República Dominicana de Madrid con un coche-bomba. «Yo no iba en ese convoy -recordaba- porque ese día me tocó quedarme de guardia en el parque. Todos éramos amigos, estuvimos cinco meses conviviendo en la Academia de la Guardia Civil de Úbeda». El terrible crimen, el peor momento de la vida profesional de Matías, ocurrió al día siguiente de cumplir 20 años.

Por entonces, Matías estaba a punto de cumplir su primer año en el benemérito cuerpo, donde ingresó el 1 de septiembre de 1985. Su vida profesional ha estado siempre vinculada al sector de Tráfico. Su primer destino fue Zaragoza en 1986 y hasta 1993 no logró plaza en el Destacamento de Tráfico de su pueblo, Quintanar de la Orden, donde trabaja desde entonces.

«Toda esta trayectoria profesional, labrada con lealtad, dedicación y con una vocación de servicio a los ciudadanos hacen a Matías merecedor de esta medalla», dijo el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, durante el acto en el que se impuso al agente condecorado la Medalla al Mérito de la Seguridad Vial, concedida por la Dirección General de Tráfico. Rodeando a Matías Argumánez estuvieron la plana mayor de la Guardia Civil en Castilla-La Mancha, con su general al frente, Alfredo González; el subdelegado del Gobierno en Toledo, José Julián Gregorio; el jefe provincial de Tráfico de Toledo, Javier Caparrini, y hasta el alcalde de Quintanar de la Orden, Carlos Madero.