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Colega, esto es imposible

La ciencia también se precipita, comete errores y recibe duras críticas. Como ejemplo, el rechazo a dos impactantes investigaciones recientes y la retirada de un polémico estudio español

JUDITH DE JORGE

Astrónomos de las Universidades de California en Santa Cruz y del Instituto Carnegie de Washington anunciaban en septiembre del pasado año el descubrimiento del planeta extrasolar Gliese 581g, el más parecido a la Tierra de todos los que se habían hallado jamás. El nuevo mundo, ... según los entusiasmados científicos, era «potencialmente habitable». La noticia, como es lógico, dio la vuelta al mundo. Sin embargo, apenas pasaron quince días cuando un equipo de «caza planetas» con base en Suiza, grandes expertos en ese lejano sistema solar, ponía en duda el hallazgo de sus colegas. No había encontrado ni rastro del exoplaneta en ninguna de sus observaciones. Un jarro de agua fría para todos aquellos que albergaban la esperanza de haber dado, por fin, con una «nueva tierra». Un desengaño similar se produjo dos meses más tarde en el campo de la biología. La NASA hacía pública la existencia de una bacteria capaz de sustentar su crecimiento en arsénico. Una nueva forma de vida, algo fabuloso. De nuevo, faltó tiempo para que parte de la comunidad científica criticara muy duramente la investigación e incluso acusara a sus autores de haber llevado a cabo un «mal trabajo». Alguno se atrevió, sin demostrarlo, a utilizar la palabra fraude. Otra desilusión.

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