misión grail

La NASA vuelve a la Luna

Enviará dos sondas gemelas no tripuladas para conocer las entrañas de nuestro satélite

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ABC

Reuters

La Luna ha despertado el interés de los científicos en los últimos años. Numerosas investigaciones se centran en su peculiar origen , en la cantidad de agua que hay en sus rocas o en cómo se formó su lado oculto . La última misión, denominada ... Grail (Gravity Recovery and Interior Laboratory), será lanzada mañana viernes desde Cabo Cañaveral (Florida) -estaba previsto que fuera esta tarde, pero el fuerte viento lo ha retrasado- con el objetivo de conocer la composición del interior de nuestro satélite natural a partir de mediciones, de gran precisión, de su campo gravitatorio. Además de incrementar el conocimiento científico, los resultados de Grail pueden ser muy útiles si, en el futuro, las agencias espaciales deciden volver a enviar astronautas allí.

La misión está compuesta de dos sondas gemelas no tripuladas que proporcionarán imágenes en rayos X de la corteza y el núcleo de la Luna. Además de analizar la estructura bajo la superficie, las naves recogerán datos sobre su historia termal, su origen y su evolución. La NASA anunció esta proyecto en diciembre de 2007 como parte de su programa Discovery y los científicos esperan que deje «un gran legado» a las generaciones futuras.

Entre otras utilidades, las medidas que tomará Grail ayudarán a la a entender mejor la relación entre la Tierra y su vieja compañera , según ha explicado recientemente el director de la División de Ciencias Planetarias del cuartel general de la NASA en Washington, Jim Green. Con los datos que envíen las sondas, los investigadores compondrán «el mapa gravitatorio más completo que exista hasta ahora». Para configurarlo, las naves tendrán que superar la presión que ejercerá la radiación solar sobre los paneles de las naves, la gravedad y la interacción con los otros planetas, que les obligará a realizar correcciones en sus mediciones sobre la marcha.

Campo gravitacional

Las naves volarán a bordo de un cohete Delta II y no alcanzarán la órbita de la Luna hasta dentro de tres meses y medio. En ese tiempo, una de las sondas recorrerá 4,2 millones de kilómetros y su gemela, 4,3 millones de kilómetros. Ya en la órbita lunar, las naves transmitirán señales de radio para definir con precisión la distancia entre ellas. Las diferencias regionales de gravedad sobre la Luna se espera que expandan y contraigan esa distancia.

Los científicos utilizarán estas mediciones exactas para definir el campo gravitacional de la Luna. Esta información permitirá que los científicos de la misión entiendan lo que pasa debajo de la superficie de nuestro satélite. «Grail desbloqueará los misterios lunares y nos ayudará a entender cómo la Luna, la Tierra y otros planetas rocosos han evolucionado así», ha asegurado Maria Zuber, investigadora principal de Grail en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en Cambridge.

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