La falta de monos de laboratorio retrasa meses investigaciones clave

El veto de China a la exportación complica el acceso a primates en estudios de Covid y VIH

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A principios de 2020, China, principal suministrador de macacos de experimentación , anunció que paralizaba las exportaciones desde sus criaderos por temor a la propagación del Covid-19 . La medida parecía razonable, pero un año después el veto continúa, perjudicando seriamente a ... múltiples grupos de investigación biomédica en todo el mundo, incluidos aquellos que buscan vacunas contra el nuevo coronavirus . Sin monos, algunos ensayos no pueden continuar y se ralentizan resultados vitales, en ocasiones durante meses. Los laboratorios compiten por obtener animales en otros países como Islas Mauricio por precios que superan con facilidad los 6.000 euros , más del doble de lo que valían antes. Es la ley de la oferta y la demanda.

Los primates no humanos se utilizan en una variedad de áreas de investigación, desde el desarrollo preclínico de medicamentos y vacunas (ensayos de seguridad y eficacia) a estudios de terapia génica o neurociencia, por ejemplo sobre la enfermedad de Parkinson. En todos ellos, estas especies juegan un papel fundamental, por su similitud con el ser humano. En la Unión Europea, 8.235 primates no humanos fueron utilizados para investigación en 2017 (año de las últimas estadísticas). El 25% provenía de China. En EE.UU., que trabaja con aproximadamente 60.000 ejemplares cada año, este porcentaje llega al 60%, lo que lo hace aún más dependiente del país asiático.

Mark Lewis , director ejecutivo de Bioqual , una compañía estadounidense que suministra monos a farmacéuticas como Moderna y , señala que el parón en las exportaciones desde China «está ralentizando la investigación sobre el SARS-CoV-2 y otras enfermedades como el VIH». Y el problema se extiende por todo el mundo. «Puede que Europa lo esté pasando peor que EE.UU. –afirma–, incluso China está buscando más macacos y es el mayor productor». Además, los precios se han disparado. Bioqual vende ejemplares entre los 8.000 y los 12.500 euros. Antes uno joven costaba unos 3.000.

La escasez de estos animales puede dejar en manos de China el control de la salud humana

En España, no hay mucha tradición de trabajar con primates. Aún así, el pasado año se utilizaron 225 macacos cangrejeros ( Macaca fascicularis ), un mono Rhesus y tres babuinos. En total, casi la mitad de los registrados en 2018, algo llamativo. Sobre su origen, más de un centenar fueron adquiridos en Asia, 67 en África y tres en un establecimiento europeo registrado. En nuestro país, «la mayoría se emplean para probar la seguridad y la eficacia de fármacos y en algunos estudios de psicología», explica Isabel Blanco , presidenta de la Sociedad Española para las Ciencias del Animal de Laboratorio (SECAL).

Javier Guillén , director sénior para Europa y América Latina de AAALAC International, organización que acredita y evalúa el trato humano de los animales en la ciencia, constata la falta de primates. «Los centros exportadores tienen problemas para suministrar lo que se les pide. Recientemente, una institución europea se quedó sin los ejemplares cuyo presupuesto había apalabrado porque tardaron 24 horas en recibir la luz verde de la dirección y los monos fueron vendidos a otro grupo. Ahora tienen que esperar al verano. No es el único caso», dice.

En el centro de Camarney, en Tarragona, el más grande de Europa dedicado a la compraventa y cuidado de animales para experimentación, hay actualmente 2.000 macacos traídos de Islas Mauricio para ser entregados a clientes de Francia, Alemania o Reino Unido. «La demanda es muy alta. Todos están vendidos», aseguran.

Científicos de EE.UU. reclaman la creación de una reserva de macacos similar a la del petróleo

Colonias para emergencias

A juicio de Guillén, la actuación de China ya no puede explicarse por medidas sanitarias. «Los animales para experimentación pasan por cuarentenas y trámites muy estrictos, están muy controlados y el riesgo es mínimo. Hay muchas voces que sospechan que se trata de un asunto estratégico para acaparar la investigación, con los beneficios económicos y tecnológicos que conlleva», apunta.

Kirk Leech , director ejecutivo de la Asociación Europea de Investigación Animal (EARA), ya advirtió hace algunos meses de que nos enfrentamos a una crisis de calado, que puede dejar en manos de China el control de la salud humana. La situación es tan delicada que científicos estadounidenses reclaman la creación de una reserva de macacos similar a la del petróleo o las semillas. «La oferta disponible apenas satisface la necesidad de investigación biomédica. Esta escasez se agrava con la actual crisis sanitaria», advierte Rudolf Bohm , director del Centro Nacional de Investigación de Primates de Tulane, quien apuesta por colonias nacionales de cría de primates, cuidados con todas las garantía y reservados para emergencias. «Permitiría combatir enfermedades como la del Covid-19 y prepararse para la próxima pandemia», asegura.

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