Los expertos también acusan a las universidades del declive de la ciencia

Bajo el lema «Ciencia, ¿para qué?: La Universidad responde», se desarrollaron cuatro mesas tituladas: «Para avanzar mejor»; «Para competir mejor», «Para pensar mejor» y «Para vivir mejor».

La Universidad Rey Juan Carlos, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Alcalá, la Universidad Carlos III de Madrid y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned), se dieron cita en la Biblioteca Nacional de España en un acto que fue organizado también por la Comunidad de Madrid junto con la Fundación Madri+d.

Durante la primera mesa, los representantes de las universidades, que respondían a estas cuestiones, mostraron una actitud crítica con la institución: «El poco desempeño de la ciencia también es responsabilidad de la universidad española; la función investigadora no está asentada en la cultura universitaria», señaló Ángel Rivero Rodríguez, profesor de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Autónoma de Madrid.

En este sentido, también se criticó la poca formación de los profesores universitarios: «Gran parte del profesorado español no se dedica a la ciencia, la universidad no facilita la investigación y un profesor que no investiga, no es profesor», criticó Antonio Guillamón Fernández, catedrático de Psicología Fisiológica en la Uned.

Se señaló también la necesidad de «crear empresas basadas en el talento y en la creatividad, más que en cosas volátiles»: «Hay que hacer un esfuerzo en la universidad por formar gente bien preparada, formar emprendedores, gente que se lance a crear su nueva empresa», apuntó Carlos Andradas, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas Españolas. Respecto a la innovación y la necesidad de emprender, se aludió también a la posición española en cuanto a patentes: «Ocupamos la décima posición a nivel mundial en publicaciones mientras que en patentes, que es la aplicación práctica de la ciencia, ocupamos el puesto vigésimo octavo», lamentó David Serrano Granados, director del Instituto IMDEA Energía y catedrático de Ingeniería Química de la Universidad Rey Juan Carlos.

El sector público tampoco se salvó de las críticas. Andradas exigía mayores recursos económicos para la investigación aún en tiempos de crisis: «La media de inversión en Europa es del 12% del PIB de los países de la OCDE, mientras que en España es del 1,35%».

En la segunda mesa, «Para competir mejor», centrada en el papel de la ciencia como elemento dinamizador de la economía, también se hizo autocrítica, en este caso por parte del sector privado: «Hemos perdido a la industria; el sector privado financia el 75% de la investigación a nivel nacional en Japón, mientras que en España, la cifra es del 45%», apuntó Daniel de la Sota Rius, director del Departamento de Innovación y Nuevas Tecnologías de CEIM, Confederación Empresarial de Madrid-CEOE.

En contra de lo que suele sostenerse respecto a la creación de empresas en tiempos de crisis, De la Sota también advirtió de que «hay que ser consciente del riesgo que conlleva apostar por cualquier proyecto, hay una obsesión por crear empresas y en realidad debe apostarse por las existentes».

Pero las existentes también tienen deficiencias: «las universidades estamos ligadas a industrias no españolas a la hora de hacer proyectos», señaló Gonzalo León Serrano, catedrático de Ingeniería Telemática en la ETSI de Telecomunicación de la Universidad de Alcalá.

Los recortes, lógicamente, se pusieron sobre la mesa: «Están desapareciendo los grupos de investigación de gran trayectoria; si paramos el motor, no podrá arrancar», advirtió Francisco Javier de la Mata, profesor titular del Departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Alcalá.

En la tercera y penúltima mesa, se abordaron cuestiones como el papel de las pseudociencias en los programas universitarios y el papel de la ciencia en los medios de comunicación.

«La ciencia es algo muy trivial en los medios, se habla del “ pene de Marte ” pero no de ciencia», señaló Javier Armentia Fructuoso, director del Planetario de Pamplona.

Por otra parte, Alberto Gomis, catedrático de Historia de la Ciencia en la Universidad de Alcalá, destacó la importancia de los medios «para acercar la ciencia a la gente».

Durante la última mesa, se puso énfasis en el papel de la ciencia para el bienestar ciudadano. Se plantearon cuestiones como la investigación de determinadas enfermedades y la exclusión de otras, así como la falta de participación ciudadana a la hora de determinar qué investigar: «El objeto de análisis de la ciencia debe ser objeto de debate público», señaló Constanza Tobio Soler, catedrática de Sociología en la Universidad Carlos III de Madrid.

Por su parte, Pilar Gómez Ramos, catedrática de Biología Celular de la Universidad Autónoma, se refirió a que el papel de la ciencia consiste en dar las mejores soluciones: «la ciencia sirve para vivir más años sin problemas de salud», señaló. Como colofón de la jornada, aludió a las cifras de paro, sobre todo las de los jóvenes: «Necesitamos jóvenes en la ciencia y los están quitando de en medio», lamentó.