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Victoria Kaspi: «Si hubiera un púlsar cerca, impediría la vida en la Tierra»

La experta en astrofísica y catedrática de la Universidad de McGill recibe a ABC en Madrid para hablar sobre las estrellas más extrañas y misteriosas

Victoria Kaspi: «Si hubiera un púlsar cerca, impediría la vida en la Tierra» ernesto agudo

josé manuel nieves

Es catedrática en la Universidad canadiense de McGill y miembro de la Royal Society de Londres y de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos. Ha investigado, entre otros, en el MIT ( Instituto Tecnológico de Massachussets ), en el Jet Propulsion Lab (JPL) de la NASA y en el Instituto Tecnológico de California. Su trabajo, su pasión y su vida entera están más allá de este mundo, en las estrellas. Y ha elegido, entre todas las posibles, las más extrañas y misteriosas, los púlsares, cadáveres estelares que apenas miden una veintena de kilómetros pero que tienen varias veces la masa del Sol. Victoria Kaspi ha estado en Madrid, donde ha impartido una conferencia sobre «Estrellas de neutrones, un regalo cósmico», dentro del ciclo «La ciencia del cosmos» de la Fundación BBVA.

-¿Por qué son los púlsares un «regalo cósmico»?

-Porque además de ser interesantes de por sí, son también herramientas excepcionales para estudiar muchas otras cosas. Por ejemplo, el comportamiento de la materia ultracompacta. La densidad de la materia que compone las estrellas de neutrones, entre ellas los púlsares, es la mayor del Universo. Tanto que no se puede reproducir y estudiar en laboratorio.

-¿Qué es un púlsar?

-Cuando una estrella explota en forma de supernova y muere, pueden pasar muchas cosas con sus restos. Todo depende de la masa que tengan esos restos. Si es muy alta, superior a tres masas solares, su propia gravedad hará que lo que queda de la estrella se colapse sobre sí misma hasta convertirse en un simple punto, pero con toda su masa, esto es, en un agujero negro. Por el contrario, si su masa es grande, pero un poco menor que la del ejemplo anterior, entonces el colapso gravitatorio se detendrá antes de llegar a formar un agujero negro. Y tendremos un cuerpo muy pequeño, de unos pocos kilómetros de diámetro, pero con toda la masa de la estrella comprimida en ese espacio. Es lo que llamamos una estrella de neutrones. Una simple cucharadita de la materia que la compone puede pesar lo mismo que una montaña. A su vez, las estrellas de neutrones pueden ser de varias clases. Una de ellas es, precisamente, un púlsar, que se caracteriza por su extraordinaria velocidad de rotación, que puede llegar a ser de cientos de veces por segundo.

-¿Y para qué nos puede servir un púlsar?

-Como le decía antes, para estudiar muchas cosas. Por ejemplo, la velocidad de sus órbitas es enorme, incluso relativista. Hay púlsares que llevan a cabo una órbita completa en unas pocas horas, y hasta a un 1% de la velocidad de la luz, es decir, a 3.000 kilómetros por segundo. Eso nos permite, por ejemplo, probar muchos aspectos de las teoría de la relatividad de Einstein. Entre ellos, la existencia de las ondas gravitacionales, predichas por él pero nunca observadas hasta el momento. Por ejemplo, cuando dos galaxias chocan, producen, en teoría, enormes ondas gravitacionales. Creemos que gracias a la extraordinaria precisión de su rotación, los púlsares nos permitirán encontrarlas.

-¿Cómo harían eso?

Creemos que las ondas gravitacionales, al producirse, pueden alterar algo el ritmo de rotación de los púlsares cercanos. Esperamos medir esa variación y, por lo tanto, confirmar la existencia misma de las ondas que la provocan.

-Cadáveres de estrellas que viajan a miles de kilómetros por segundo, que giran como peonzas sobre sí mismas...

-Sí, es increíble. Además, como le decía antes, las rotaciones son constantes y se producen con una precisión increíble. Mayor incluso que la de los mejores relojes atómicos. Por eso son u regalo...

-Usted ha descubierto algunos de los púlsares más rápidos que se conocen...

-Sí, y uno en concreto gira sobre sí mismo 716 veces por segundo. Está en nuestra galaxia y es muy especial porque es el más rápido que nunca se ha observado.

-Impresionante... ¿Y serían posibles rotaciones incluso superiores a esa?

-En teoría todo depende de la velocidad de rotación... Hay varios modelos teóricos y la velocidad varía en cada uno de ellos. Pero hay un consenso en que la máxima rotación posible de un púlsar debe estar en unas 800 veces por segundo.

-¿De dónde obtiene un púlsar la energía suficiente para rotar y moverse tan deprisa?

-Esa es una de las cuestiones más importantes. Hay dos poblaciones diferentes de púlsares. Unos obtienen su energía de rotación de la propia explosión de su estrella madre, pero con el tiempo van perdiendo velocidad hasta que se paran. Otros, sin embargo, tienen más suerte porque forman parte de sistemas binarios (dos estrellas que giran una alrededor de la otra) y chupan energía de su compañera, con el resultado de que rotan cada vez más deprisa. Esos son los más rápidos.

-¿Todos los pulsares proceden de supernovas?

-Hay muchas evidencias de que es así. Vemos los pulsares a través de los gases de las explosiones. Se han encontrado ya unos quince relacionados directamente con restos de supernovas.

-Además de los púlsares, usted estudia también a otros de sus parientes cercanos, los magnetares...

-Sí. Como ya hemos dicho, entre las estrellas de neutrones hay pequeñas diferencias. Pues bien, una de ellas es el campo magnético. Algunas, como los magnetares, tienen campos magnéticos muy potentes. Otros no. Parece que la intensidad de esos campos tiene que ver con la velocidad de rotación, pero no hay consenso sobre ese punto.

-¿Qué pasaría si hubiera un púlsar cerca de la Tierra? ¿Cómo nos afectaría?

-La radiación que emiten los púlsares es tan fuerte que llega hasta la Tierra aunque débil. También las explosiones de los magnetares llegan hasta aquí y son perfectamente medibles. Y eso a pesar de la enorme distancia que nos separa de ellos. Un planeta cerca de un pulsar no podría tener vida, porque los púlsares emiten una gran cantidad de radiación. Conocemos unos dos mil púlsares en total y sólo uno o dos tienen planetas, lo que hace suponer que, de alguna manera, también impiden su formación.

-¿Podríamos algún día extraer energía de un pulsar?

-Están demasiado lejos, pero si comprendemos cómo es y cómo funciona la materia súper densa, y logramos fabricarla en laboratorio en el futuro, podríamos extraer energía del proceso.

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