La doctora que certificó la muerte de Benítez apreció lesiones en su rostro

Según han informado fuentes judiciales, la médica ha ratificado hoy el certificado de muerte de Benítez que ella misma firmó y ha afirmado que reparó en que la víctima presentaba lesiones recientes en la cara, aunque no se fijó en ellas porque su principal preocupación era que la vida del paciente corría peligro.

De acuerdo con la versión de la testigo, Juan Andrés Benítez llegó ya al centro hospitalario intubado y en estado crítico, mantenido en vida artificialmente, sin que los equipos sanitarios pudieran hacer nada para evitar su fallecimiento.

David Aineto, abogado de la acusación particular que ejerce la familia de Benítez, ha anunciado hoy que pedirá una prueba pericial para demostrar que el fallecido no padecía la enfermedad cardíaca Wolf-Parkinson-White, una dolencia que provoca arritmias y que, según mantienen los forenses del caso, el empresario tenía diagnosticada pero sin medicarse.

La acusación particular cree poder probar a través de un peritaje que el empresario no sufría esa enfermedad cardíaca, pese a constar en sus informes clínicos, una cuestión que puede resultar muy relevante para determinar las causas de la muerte.

En su informe de autopsia, los médicos forenses concluyen que Benítez falleció por un «paro cardíaco secundario a estado anterior patológico en forma de enfermedad cardíaca arritmogénica (Wolf-Parkinson-White), consumo de cocaína, politraumatismos y contención». De descartarse la enfermedad cardíaca, serían tres las causas de la muerte del empresario, dos de ellas atribuibles a la actuación de los mossos d'esquadra que lo redujeron.

Además, según la acusación particular, la incidencia del consumo de cocaína en la muerte de Benítez tampoco está clara, dado que los análisis forenses revelan que presentaba menos de 0,01 miligramos de esa droga por litro en la sangre y en el humor vítreo, cuando los efectos tóxicos de la sustancia se aprecian en concentraciones de entre 0,25 a 5 miligramos por litro.