Doña Sofía: «¿Por qué estudia usted el pez cebra?»

Su itinerario se inició en la sala donde se encuentra el microscopio específicamente puesto en pie para realizar mapas en 3D del cerebro de los peces cebra, paso previo para otras investigaciones de mayor calado que pueden resultar clave en la calidad de vida de las personas.

«¿Por qué estudia usted el pez cebra ?», preguntó con acentuada curiosidad Doña Sofía. El neurocientífico Michael Orger la guiaba en el recorrido y le iba explicando el proceso: «¿Ve usted las zonas de color en estas fotografías de la cabeza de los animales? Cada color nos indica la intensidad de las neuronas en acción: el verde para las más activas, cuando el pez nada a contracorriente, y el rosa o el azul cuando se gira hacia derecha o izquierda».

La madre de Felipe VI se mostró fascinada con las conclusiones de los estudios en marcha por parte de Champalimaud, de auténtico nivel internacional y con 180 científicos en nómina, aparte de otros 270 empleados.

«¿Y pasa aquí todo el día?», inquiere Doña Sofía antes de proseguir tras la respuesta afirmativa: «Tengo la certeza de que los días transcurren de manera muy rápida para usted aquí en la fundación», en clara alusión a la pasión exhibida por su trabajo.

A continuación, se detuvo en la gran sala principal, que alberga el Laboratorio del Centro de Ciencias Neurológicas. Allí le aguardaba la investigadora española Cristina Márquez, quien le habló de sus pesquisas sobre el grado de solidaridad de los ratones. Por ejemplo, uno precisa ayuda para obtener comida y el otro no.

« ¿Y si el ratón cambia de opinión? », cuestiona la Reina mientras su interlocutora se apresta a contestarle: «A veces ocurre, pues descubrimos que los ratones no siempre manifiestan disponibilidad para ayudar a otros».

Dada la gran dificultad por saber qué personas van a desarollar alzhéimer y cuándo sucederá, el especialista portugués Rui Costa señaló que tienen previsto potenciar la investigación acerca del párkinson. Entre otras razones, porque un alto porcentaje de los que desarrollan esta enfermedad acaban sufriendo algún tipo de demencia, aunque se trate de una distinta al alzhéimer.

Es la prueba, según manifestó, de que hay un tronco común y de que, por tanto, el párkinson se erige en un buen punto de partida para las necesarias investigaciones en este terreno.

Siempre en el marco de la cooperación hispanolusa, quedó ratificado un protocolo de actuación que puede acarrear importantes beneficios para el hombre.

«Tenemos interés en colaborar con la Fundación Reina Sofía en aspectos más clínicos porque tiene una gran experiencia con los pacientes. Nosotros, en cambio, estamos focalizados hacia la investigación básica, lo que resulta muy relevante para averiguar cómo aparecen y evolucionan todas estas enfermedades», dijo al final de la visita Leonor Beleza, de la Fundación Champalimaud.

La colaboración entre ambas instituciones se fraguó en Madrid, a través de la invitación cursada por la Reina Sofía como reconocimiento a la labor de los científicos portugueses y de otros países que se afanan en encontrar respuestas en el centro lisboeta.