Articulista de Opinión
Escritor y colaborador de ABC
Jaime Bayly
He vuelto al país en que nací y me han tratado siempre con cariño y simpatía, unas corrientes de afecto que parecen crecer con el tiempo
Jaime Bayly
La noche previa a su natalicio, ella anunció los planes para su cumpleaños: almorzaría conmigo y con nuestra hija adolescente, luego pasaría toda la tarde con su profesor de karate y finalmente saldría a cenar conmigo y con nuestra hija
Jaime Bayly
La política requiere renunciar a la autenticidad y la libertad que me definen como individuo
Jaime Bayly
Ya no me siento seguro cuando lo hablo. Digo pocas palabras y me repliego en un silencio conveniente
Jaime Bayly
Mi familia me ha invitado a una fiesta en un hotel de Nueva York. Tengo pavor de asistir. Estoy demasiado gordo. Me temo que los guardias de seguridad no me dejarán entrar. Dirán: este gordo mal peinado seguramente es un ilegal. Luego me arrestarán y deportarán
Jaime Bayly
Como no quiso ofrecerme sus labios, sus manos, su cuerpo, mi amigo, en compensación, me invitó cocaína, otro veneno para torturarme
Jaime Bayly
Estando en mi casa, ella dormía en un cuarto separado del mío, pero yo entraba de madrugada con la sed del pirata y la amaba como si la pasión entre nosotros fuese un incendio que no habría de extinguirse
Jaime Bayly
Salgo de casa a las siete de la tarde y ya ha oscurecido. Es un alivio manejar de noche hasta el canal de televisión. Durante la primavera y el verano, los rayos solares previos al crepúsculo me aturdían y a ratos enceguecían, mientras conducía al estudio, lastrado por el tráfico, turbado por las lluvias
Jaime Bayly
Mi exesposa y mi madre lloraron, abrazadas, seguras de que el rostro de Jesús en el árbol era una aparición piadosa para confortar a mi exesposa por los años luctuosos que había padecido conmigo
Jaime Bayly
No siendo del todo creyente, yo le rezo a mi hermana todas las noches con la certeza de que ella oye a lo lejos el eco de mis plegarias
Jaime Bayly
Mi madre seguía rezando para que su hermano homosexual se casara con una mujer y su otro hermano dejara de ser comunista
Jaime Bayly
Mi madre dormía, rezaba y manejaba sin chocar, todo al mismo tiempo. Lástima que cada tanto atropellaba a un perro callejero, pero ella no se daba cuenta y seguía tan contenta
Jaime Bayly
El mes ha terminado, el verano no ha terminado, mi hija ha regresado al colegio y el canal de televisión no me ha pagado
Jaime Bayly
Tonto y despistado, mimado y distraído, bobo y ensimismado, no supe percatarme a tiempo de que las desgracias y desventuras se habían ensañado conmigo
Jaime Bayly
«Quizás leer los periódicos en papel es un hábito perfectamente inútil y autodestructivo. Pero es una costumbre vieja, soy un hombre viejo y no pienso interrumpirla»
Jaime Bayly
«Cada tanto nos deteníamos, celebrábamos el buen tiempo, un sol espléndido y una brisa fresca, nos hacíamos fotos y decíamos que San Francisco, en agosto, parecía el paraíso»