En marcha la primera edición de «Open Studio» en Madrid

Carolina Díaz , directora del proyecto junto a María Eugenia Álvarez , afirma que todo «surgió de una manera natural»:«Como gestoras culturales, tenemos la experiencia de ver estudios y queremos compartir con el público a los artistas . Para ellos son importantes esas visitas, por la necesidad de hacer visible su obra. Resulta interesante y sorprendente la red de trabajo y colaboración entre los creadores , que traerán invitados a sus estudios para la ocasión. Una de los fines es promocionar y difundir las artes plásticas y completar la oferta artística de la ciudad, así como descubrir la forma y el proceso de trabajo de los creadores y su entorno». La participación se llevará a cabo previa inscripción gratuita en la web www.openstudio.es. Nosotros hemos hablado con artistas de cinco de los espacios participantes para conocer sus impresiones.

Lleva abierto seis meses en un inmueble de la calle que le da nombre, y en su patio hay un comedor social , un antiguo colegio que se ha dividido en locales. Allí trabajan los artistas Pedro López Zamora, Ugo Martínez Lázaro, Ignacio Bautista Martínez, Álvaro Muncharaz, Jairo Alfonso, Daniel Martín Corona y Ioanna Papageorgiou. Es Martínez Lázaro el que nos explica: «El espectador podrá ver de primera mano cómo el trabajo manual de cada uno genera una dinámica , que, sin embargo, permite colaborar con otros artistas o colectivos». Ignacio Bautista nos desvela que han hecho una obra en común para la ocasión , «situada en la escalera de acceso al estudio. Una vídeo-instalación que cambia el aspecto clásico del edificio». Para Pedro López Zamora, lo positivo es que «se llena de energía el espacio cuando vienen a ver tu trabajo. El artista realiza una labor en solitario».

Óscar Seco comparte espacio junto a Mateo Maté . Nos comenta que ha habido iniciativas similares pero no tan organizadas o estructuradas:«Es estimulante que aparezca todo tipo de gente que es difícil aglutinar en el estudio . Se va a hacer de una manera íntima: el público va a descubrir el proyecto, el trabajo, el proceso creativo». Maté proyectará un vídeo y Seco mostrará sus pinturas y maquetas y realizará una charla sobre la relación del comercio del arte con comisarios y coleccionistas.

Carlos Aires comparte un estudio de 370 m2 en la zona de Puerta del Ángel con Guillermo Mora desde hace ya dos años y medio. Cada uno tiene un espacio independiente. El primero nos comenta que «esta iniciativa se hace desde hace tiempo en Bélgica, donde he vivido, y en Holanda. En España no se estila invitar a alguien al estudio porque parece que comporta un compromiso , pedir un favor. Y el estudio ha de ser un punto de encuentro, un generador. Viene bien abrirlo a gente que no se conoce y buscar sinergias: el diálogo como fin, aunque luego estemos en desacuerdo. El estudio es un laboratorio, la cocina del artista : supone conocer el mundo de cada obra y la personalidad del creador», apunta.

Artista, académico y premio de las Bellas Artes. Darío Villalba (San Sebastián, 1939) considera que su estudio es « un templo de silencio , donde se produce la generación de las formas y de la obra final. El artista es su mayordomo. Es su convento , su lugar sagrado donde prima la privacidad y la autenticidad. Estoy encantado de poder transmitir esa tranquilidad y sosiego». Le incomoda un poco mostrarlo , pero asegura que solo es por unos días: «Será un reto y un acto altruista para acercar el arte y que este sea más fructífero».

Estudio integrado por seis artistas : Antonio R. Montesinos, Teresa Solar, Karlos Gil, Silvia Cuenca Sanz, Quino Monje y Carlos Fernández-Pello . Tienen la web proyectorampa.net y, desde su local en Marqués de Vadillo, realizan charlas, talleres y residencias en las que buscan el debate y la interacción con el público. «Trabajamos en diferentes corrientes y formatos, según los proyectos en los que se diluye nuestra práctica. Nos gusta experimentar y probar , no tener clara la diferencia entre disciplinas. Nosotros no disociamos la producción de la obra de cosas como organizar eventos y debates», explica Fernández-Pello. « En Madrid falta que pasen cosas como est a. Vendrían bien más espacios activos; diversidad, divergencias, porque la colaboración debe incluir la crítica, el no estar de acuerdo; lugares que fomenten la colaboración espontánea ».