EL CONFLICTO DEL SAHARA OCCIDENTAL
La amenaza terrorista y la crisis se alían contra los campamentos saharauis
La ONU no ve motivo para repatriar a sus trabajadores por razones de seguridad en la zona del suroreste argelino
LUIS DE VEGA
«Los huéspedes son sagrados para los saharauis, son como dios», afirma contundente el secretario de Estado de Seguridad del Gobierno saharaui, Ibrahim Mohamed Mahmud. De esta forma ilustra el mazazo que supuso para un pueblo que vive de las ayudas el secuestro de tres ... cooperantes extranjeros, dos españoles y una italiana, el pasado 22 de octubre y que han sido liberados tras casi nueve meses de cautiverio en el Sahel. Ese día está ya marcado para siempre como una fecha maldita en el calendario saharaui.
«En octubre de 2011 cambió todo», reconoce el jefe de la Minurso (Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental) en Tinduf (Argelia), el sudanés Omar Bashir Manis. «Hasta entonces todas las ONGs disfrutaban de la hospitalidad local. Ahora todas tienen que restringir al máximo su libertad de movimientos».
Entre 3.000 y 5.000 españoles visitan los campamentos saharauis cada año. Muchos de ellos son miembros de asociaciones amigas de la causa saharaui y miembros de ONGs entre los que no ha sentado bien la repatriación de los cooperantes que trabajaban allí llevada a cabo por el Gobierno la semana pasada.
«Delegación del desafío»
Como respuesta, una delegación de unos treinta de ellos visita estos días la zona pese al riesgo de secuestro que mantiene el Gobierno de Mariano Rajoy. El Polisario ha desplegado medidas especiales de seguridad. Se han encontrado el edificio de Protocolo donde son hospedados rodeado por un muro de arena y los vehículos destinados a escolta, sin la que no abandonan este lugar, han pasado de siete a diecisiete. En sus visitas a los diferentes campamentos los integrantes de la que ha sido calificada como «delegación del desafío» son recibidos como héroes.
Para planificar los nuevos retos a nivel de seguridad tras los secuestros se han estado reuniendo la ONU, el Polisario y, hasta decretar la evacuación, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) . Han trabajado en un plan conocido como «Saving lives together» (Salvar vidas juntos).
Los jóvenes: «Vulnerables frente a los narcos y los terroristas»
La ONU descarta en todo caso tomar una decisión a la española con la repatriación de su personal –dos docenas de trabajadores de diferentes agencias- de los campamentos de refugiados saharauis. Lo confirma Manis con un «no» contundente en respuesta a una pregunta de este enviado especial durante un encuentro con la delegación española.
Cuando Madrid decidió la repatriación, gesto que el jefe de la Minurso no entra a juzgar, Naciones Unidas decretó entre su personal tres días de bajo perfil con movimientos reducidos. Pasado ese tiempo «retomamos nuestro trabajo con normalidad» tras comprobar con las autoridades del Polisario que no había motivo para lo contrario.
Ibrahim Mohamed Mahmud no esconde que el hastío y el paro juvenil que golpea fuerte en los campamentos hace a este sector de la población «vulnerable frente a los narcotraficantes y los terroristas».
La producción local es nula
Todo ocurre en un momento en el que la crisis económica impide el desarrollo o mantenimiento de proyectos humanitarios impulsados desde el extranjero, que se consideran de vital importancia para la supervivencia de los aproximadamente 150.000 refugiados en una zona donde, como reconoce un trabajador de la ONU, «la producción local es nula». Ya el pasado mayo el ministro de Cooperación saharaui, Haj Ahmed, estimaba que la crisis puede llegar a acabar con el cincuenta por ciento de la ayuda que les llega de las ONGs.
Efectivamente, más allá de algunos pequeños huertos, casi la totalidad de los alimentos se importan. En estos momentos, como reconoce el presidente de la Media Luna Roja saharaui, Yahia Buhbeini, se han agotado las existencias de harina, azúcar, lentejas y solo queda cebada y aceite para un mes. En los almacenes de comida de esta ONG en Rabuni se ven cientos de palés vacíos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete