El Gobierno planea recortar la cuantía y duración de la prestación por paro
La ayuda pasaría del 70% al 60% del salario y el máximo de los dos años actuales a 18 meses
S. alcelay, J. González
Europa ha dado más tiempo a España para cumplir con los objetivos de déficit público pero a cambio quiere contrapartidas. A la subida del IVA , del recorte del sueldo de los funcionarios conla supresión de la paga extra de diciembre y ... el despido de empleados públicos se unirá un ajuste en el gasto por desempleo, una partida que este año absorberá 28.500 millones de euros y de la que ya se ha consumido prácticamente la mitad hasta mayo (13.318,4 millones) por efecto de la destrucción de empleo.
Para reducir esta factura el Gobierno ha incluido recortes en la duración y la cuantía de las prestaciones por paro en el amplio paquete de ajustes que el viernes aprobará el Consejo de Ministros. La idea del equipo económico es actuar solamente sobre las percepciones contributivas, que son las que genera el trabajador con el pago de sus cotizaciones cuando está en activo. El subsidio (426 euros), que es el que cobra el parado cuando ha agotado la vía contributiva y tienen cargas familiares o es mayor de 45 años, no se tocará.
Según la reforma que planea el Ejecutivo, el periodo máximo de las prestaciones, a la que el parado tiene derecho tras seis años cotizados, pasaría de los 24 meses actuales a 18 meses . Además, la cuantía de la prestación también se reduciría. Los primeros 180 días se cobra el 70% de la base reguladora y, a partir de ese día, el 60% de dicha base. La intención del Gobierno es reducir ese 70% al 60% y que sea este mismo porcentaje de la base reguladora la que perciba el parado durante todo el tiempo que dure la prestación.
Parados de larga duración
Ambas medidas supondrán un importante recorte en las prestaciones por desempleo, pues afectará a las cantidades percibidas y a la duración de las mismas. Asimismo, engordará las cifras de parados de larga duración . La última Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre del año apuntaba que de los 5,639 millones de desempleados , 2,385 millones habían perdido su puesto de trabajo hace más de un año.
Para encontrar una reforma del desempleo de este calado hay que remontarse a 1994, cuando Felipe González metió la tijera a las prestaciones con una tasa del paro del 24%. Y en 2004, cuando José María Aznar intentó hacer lo mismo, pero finalmente retiró su propuesta. La consumación de las medidas en un caso y el intento frustrado en otro provocaron sendas huelgas generales.
Los empresarios, a favor
Aunque la reducción de costes es el principal objetivo de la reforma, no es el único. También lo es fomentar la búsqueda activa de empleo, que el parado acelera cuando el final de la prestación es inminente. Este argumento, junto al hecho de que el sistema de protección esté entre los más altos de Europa, es el que esgrimen los partidarios de recortar las prestaciones, como es el caso de la CEOE. Su presidente, Juan Rosell , animaba hace unos días al jefe del Ejecutivo a tomar este camino. «Medidas dolorosas para evitar el abismo del déficit». Así las definió el dirigente empresarial.
En la misma línea, la presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica de Oriol , aseguró hace unos días que la prestación de desempleo española es la «más generosa» de la Unión Europea» y se preguntó si el país se lo puede permitir. De Oriol afirmó que, «claramente», la percepción del paro no es un estímulo para buscar empleo, ya que se ha entendido como una renta a la que se tiene derecho por haber cotizado.
Paralelamente a los recortes, se pretende fomentar la formación para ayudar a los parados a buscar empleo y redoblar luchar contra el fraude. El CES estudia en estos momentos el anteproyecto de ley de lucha contra el empleo irregular y el fraude a la Seguridad Social con el que busca aflorar situaciones fraudulentas en el acceso y percepción de prestaciones por paro con más inspecciones y multas.
Mientras, la OCDE advirtió ayer del riesgo de que el alza del desempleo en España se convierta en permanente. La tasa de paro en nuestro país alcanzará el año que viene el 25,3%, lo que implicaría un incremento de ocho décimas respecto a la previsión del 24,5% contemplada para este ejercicio por la citada organización y volvería a situar a España como la economía desarrollada con mayor nivel de desempleo.
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