La ciencia detrás de Batman

En la película «Batman Begins», de Christopher Nolan, el hombre murciélago -interpretado por Christian Bale- lleva una capa que se vuelve rígida cuando una corriente pasa a través de ella, lo que le permite deslizarse sobre la ciudad de Gotham de una manera similar a la del traje aéreo o wingsuit, una modalidad de deporte extremo parecida al paracaidismo en el que el saltador se lanza al vacío con un traje con alas que crea resistencia contra el aire.

Los estudiantes de Física creen que el traje de Batman permitiría ese tipo de deslizamiento, pero lo más probable es que el superhéroe sufriría un choque fatal cuando llegara a tierra. Debido a las altas velocidades del salto, su impacto contra el suelo sería equivalente a ser golpeado por un automóvil que circula a más de 80 kilómetros por hora .

Los estudiantes han encontrado que la envergadura de la capa de Batman -unos 4,7 metros- es aproximadamente la mitad de la utilizada por un ala delta. Si Batman salta de un edificio de 150 metros de altura, podría deslizarse durante una distancia de alrededor de 350 metros, pero el problema se origina cuando la velocidad de Batman aumenta durante su descenso.

Su velocidad inicial se elevaría a unos 109 kilómetros por hora, antes de llegar a una constante de 80 km por hora cuando llegara al nivel del suelo, demasiado rápido para aterrizar de manera segura.

El grupo concluyó que el superhéroe debería considerar la opción de llevar un paracaídas si quiere quedarse en una sola pieza. «Si Batman quiere sobrevivir al vuelo, sin duda necesita una capa más grande, o si prefiere mantener intacto su estilo podría optar por utilizar una propulsión activa , como hacen los aviones para mantenerse a una altura», afirma David Marschall, de 22 años, uno de los autores de la investigación. «Si realmente quisiera seguir la tradición puede imitar la técnica de Gary Connery, quien recientemente se ha convertido en la primera persona que se desliza hasta el suelo desde un helicóptero usando solo un traje de alas».

Esta curiosa investigación aparece en la revista Journal of Special Physics Topics que cada año publica la Universidad de Leicester con los trabajos más interesantes de sus estudiantes.