ATLETISMO
Bezabeh, el único pagano de la Operación Galgo
Castigado por «infracción muy grave de dopaje», su defensa quiere el mismo trato que los eximplicados en la investigación
MIGUEL ÁNGEL BARROSO
Alemayehu Bezabeh recibió la noticia de la anulación de todas las investigaciones de la Operación Galgo en Etiopía , donde vive y entrena en espera de la redención, ya que no tiene medios para hacerlo en España. Castigado por el Comité Español de Disciplina ... Deportiva con dos años de suspensión más una multa de 3.001 euros por una infracción muy grave de dopaje es, a día de hoy, el único pagano de la famosa pesquisa de la Guardia Civil que la Audiencia Provincial de Madrid dejó en papel mojado. Su entrenador, Manuel Pascua, podrá volver al trabajo. La defensa de Bezabeh intenta que el atleta también se beneficie de esta nueva situación.
Fuentes cercanas al fondista español de orígen etíope señalaron a ABC que Bezabeh «no entiende nada de lo que le ha ocurrido, y menos que quede como cabeza de turco de la Operación Puerto. Su abogado está estudiando los pasos a seguir y hablará con los organismos implicados, ya que la justicia debe ser igual para todos». El problema es que su penitencia responde a argumentos administrativos, no penales. Su camino es diferente al de los eximplicados en la investigación policial. No fue imputado en la Galgo, pero confesó ante la Federación Española de Atletismo los hechos que acabaron por condenarlo.
Todo comenzó el 9 de diciembre de 2010, cuando Bezabeh fue detenido por la Guardia Civil mientras viajaba a El Escorial acompañado por Pascua , presumiblemente a una cita con el ex ciclista Alberto León para transfundirse una bolsa de su propia sangre. La sanción del Comité respondió al recurso presentado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) tras la resolución exculpatoria del Comité de Competición de la Federación Española de Atletismo, que provocó un incendio en el gremio de atletas. Sergio Sánchez llegó a decir que «los políticos están dopando a Bezabeh».
El motivo para aquella absolución fue que nuestra legislación no sanciona la intencionalidad. Las citadas fuentes indicaron a ABC que había indicios razonables de que el atleta fue engañado. «Además, denunció los hechos e identificó a los culpables. Le extrajeron sangre con la excusa de tratarle un problema de ictericia (enfermedad producida por la acumulación de pigmentos biliares en la sangre, que se manifiesta por la amarillez de la piel y de las conjuntivas), y le dijeron que iban al médico, pero la Guardia Civil intervino a tiempo y la infracción no se produjo». El argumento no convenció al CSD, que solicitó la revisión.
Según la resolución del Comité Español de Disciplina Deportiva, «los hechos demuestran que el atleta participó activamente en la puesta en práctica de un método de dopaje sanguíneo que se encuentra prohibido expresamente». El texto añade que las declaraciones de Bezabeh ante la Guardia Civil y el juez «acreditan, más allá de cualquier duda razonable, que el atleta, inducido por su entrenador, consintió en que le fuera extraída sangre y en que ésta fuera conservada para su posterior autotransfusión» . El castigo concluye el próximo invierno. ¿Podrá su defensa armarse con los argumentos del auto de la Audiencia Provincial de Madrid para acortar el plazo?
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