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Frans de Waal, primatólogo

«Nuestras emociones apenas se distinguen de las de un simio»

El eminente etólogo afirma que los grandes primates consuelan a sus congéneres cuando sufren e incluso intentar mejorar su vida

«Nuestras emociones apenas se distinguen de las de un simio» José Alfonso

j. de jorge

«Amos», un chimpancé macho de 26 años, no demasiado mayor, se puso enfermo. Resultó que tenía un hígado de un tamaño mayor de lo normal y probablemente cáncer. Sufría y le costaba respirar, así que sus cuidadores le aislaron en una habitación con un ... agujero en la puerta. Una hembra de la colonia empezó a recopilar virutas para que estuviera más cómodo. Como él no las utilizaba, decidió meter su mano por el agujero y colocárselas tras su espalda, de la misma forma que un familiar ahueca la almohada de un enfermo en la cama de un hospital. Amos murió pocos días después y todos sus congéneres se mostraron afectados, silenciosos y sin comer. Esta historia tan humana ocurrió hace poco en el Centro Yerkes de Primates , en Atlanta (EE UU), donde investiga Frans de Waal (Países Bajos, 1948), uno de los principales primatólogos del mundo, que ayer visitó Madrid para impartir una conferencia en un ciclo científico de la Fundación Banco Santander . De Waal, autor de varios libros como «El mono que llevamos dentro» o «La edad de la empatía», cree que este ejemplo, como otros muchos, demuestran que todos los grandes primates sienten empatía, es decir, se ponen en el lugar del otro, e incluso son capaces de elaborar estrategias para mejorar la vida de los demás , algo que, hace un tiempo, jamás se hubiera reconocido en un animal.

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