FARC: aquellos «bandidos comunistas» y su «república independiente»

Casi medio siglo después de aquella primera información sobre el pequeño grupo de «bandidos», y convertido hace tiempo en el grupo guerrillero más antiguo y numeroso de América Latina, las FARC anunciaron ayer el fin a su política de secuestros . Un grupo que llegó a tener más de 20.000 miembros, que es considerado como una organización terrorista por más de 30 países en todo el mundo -entre ellos todos los miembros de la Unión Europea-, que ha secuestrado a miles de personas y que ha matado a otras tantas en sus enfrentamientos con el Ejército .

En 1964 ABC aún describía de una manera un tanto ingenua la zona de influencia de las recién creadas FARC: «Esta región, cuyo nombre no figura en ningún mapa, tiene una superficie de 5.000 kilómetros cuadrados y está situada entre los Departamentos de Tolima y de Huila , con una población de unos 5.000 habitantes. Los comunistas lo han organizado en “nación”, estableciendo su propio Gobierno y acuñando su propia moneda». En 2010, la guerrilla colombiana aún ejercía su influencia en algunas zonas de 24 de los 32 departamentos colombianos , y actuaba en las zonas fronterizas de Brasil, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.

Las bases de las FARC fueron sentadas en aquel año por un grupo de líderes campesinos con Pedro Antonio Marín o « Manuel Marulanda Vélez » a la cabeza – abatido por el Ejército en marzo de 2008 –, que habían sufrido en sus familias o comunidades el impacto de las matanzas por parte del general Gustavo Rojas Pinilla , tras el golpe de Estado del 13 de junio de 1953 , y sobre todo a partir de 1960.

Desde un principio las FARC se vincularon al Partido Comunista ortodoxo y prosoviético, y fueron creciendo lentamente durante la década de los 60 y los 70. En ABC aparecían noticias en referencia a esta guerrilla con titulares como « los bandidos colombianos asesinan a 15 viajeros de un autobús » o « bombardeo para acabar con “Tirofijo” », este último haciéndole responsable de «la muerte de 15 soldados colombianos» una semana antes.

El gran auge de las FARC se experimentó en la década de los 80 con el incremento de las zonas de influencia en todo el país, en una época en la que, a pesar de producirse un inicial rechazo a toda relación con el emergente fenómeno del narcotráfico, fue paulatinamente aceptándose, estableciéndose un impuesto a los productores y traficantes como fuente de financiación . De hecho, fueron perdiendo la orientación política inicial y se convirtieron en el primer cartel de tráfico de drogas del mundo.

Según el Gobierno, a comienzos de los ochenta, la siembra de coca en el país llegaba a las 13.500 hectáreas, y fue creciendo hasta multiplicarse casi por 10 en 2000. Había que conseguir dinero y esta parecía la vía más rápida.

Tras la reunión de la Séptima Conferencia de 1983 , las FARC adoptan también el secuestro y las extorsiones como métodos de financiación , que, a comienzos del siglo XXI, llegó a superar el 30% los primeros y el 9% de las extorsiones de todo el país. Según la Fundación País Libre , la guerrilla secuestró, por ejemplo, a 673 personas sólo en 2003.

Al narcotráfico y los secuestros, algunos de los cuales han superado los 10 años de cautiverio , intercalaron la toma de municipios por medio de las armas. Y aunque en los últimos años en las FARC habían ido ganando peso el secuestro de políticos, militares y policías para canjearlos por guerrilleros presos, lo cierto es que ahora, una vez que han anunciado el fin de esta política, la supervivencia de la organización es toda una incógnita.

La guerrilla ha insistió esta semana, tras el anuncio, de que es hora de buscar vías para la paz, pero esto también hay que tomarlo con cierta precaución debido a que, a lo largo de la historia de la organización colombiana, se han producido hasta cuatro intentos con distintos gobiernos, todos ellos acabados en fracaso: con el presidente Belisario Betancour (1982-1986), con Virgilio Barco (1986-1990), con César Gaviria (1990-1994) y por último con Andrés Pastrana (1998-2002).

La última y más esperanzadora fue con Pastrana, que llegó a ceder a las FARC una zona desmilitarizada de casi 43.000 kilómetros cuadrados en el sur de Colombia para las negociaciones, pero el 20 de febrero de 2002, el Gobierno puso fin a las negociaciones de paz y dio por terminada la llamada «zona de distensión» a raíz del secuestro del entonces senador Jorge Eduardo Gechem .

Ya no habrá más secuestros, supuestamente, pero la paz, casi 50 años después, está aun por llegar.