«Cerrado por Camorra»
Un empresario napolitano cierra sus diez supermercados tras sufrir varios atentados por negarse a pagar la extorsión mafiosa
ángel g. fuentes
«Cerrado por camorra». Éste es el cartel que ha puesto Davide Imberbe , un empresario de 37 años de Portici , ciudad de 60.000 habitantes a las puertas de Nápoles . «Me siento obligado a cerrar. Hace siete meses dispararon ... diez proyectiles a mi coche, hace un año quemaron la puerta de mi casa y, el martes por la noche me incendiaron un almacén, en el que tenía mercancía, por valor de un millón y medio de euros», explica el empresario.
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Imberbe es conocido porque hace unos años denunció a sus extorsionistas de la camorra, que lo amenazaban por negarse a pagar el «pizzo» (la extorsión). Con sus denuncias, acabaron en la cárcel varios miembros de los Vollaro , un clan potentísimo de la camorra que imponía el «pizzo» a comerciantes y empresarios, sin excluir a nadie, exigiendo el pago inclusoa los vendedores de flores del cementerio, que debían pagar 250 euros al mes .
«El Estado siempre pierde»
El empresario fue amenazado por los clanes locales de la camorra. Tuvo que ser protegido por la policía, pero recientemente le fue retirada la escolta . Ahora, tras el último atentado, la situación se le ha hecho insostenible. Todos los medios nacionales se han hecho eco de la denuncia de Davide Imberbe: «No puedo continuar con el negocio. El Estado siempre pierde con la camorra. Sí, en el pasado me han protegido, pero el Estado aparece por un tiempo determinado, mientras la Camorra existe siempre. Cuando la policía arresta algunos, siempre hay sustitutos».
El empresario napolitano se rebeló hace años contra la camorra porque prefirió seguir el lema del juez símbolo de la lucha contra la mafia, Giovanni Falcone , asesinado en Palermo en 1992: «Quien calla e inclina la cabeza muere cada vez que lo hace, quien habla y camina con la cabeza alta muere una sola vez».
Pero, al final, Imberbe se ha visto solo, ha temido por su familia y se ha cansado de luchar contra los Vollaro: «Tengo dos hijas pequeñas y una mujer. En esta zona el clan de los Vollaro es muy fuerte y se hacen pagar. Después de tantos años de trabajo, me voy a casa y 130 trabajadores también . Estos harán una huelga, pero no servirá para nada. La camorra existe, se hace ver, se toca. En nuestros supermercados hemos tenido que poner el cartel «cerrado por camorra». Junto a ese cartel, en algunos de sus locales se ha colocado otro: «Se busca Estado desesperadamente».
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