El diplomático del Congo no saludó a la Princesa por un «malentendido»
El encargado de negocios explicó ayer a Exteriores que no fue «intencionado»
ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS
«No fue un acto premeditado ni intencionado, sino un malentendido». Así explicó ayer el encargado de negocios de la República Democrática del Congo, Óscar Matondo, las razones por las que no estrechó la mano de la Princesa de Asturias durante el besamanos de la ... recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España que se celebró el martes en el Palacio Real.
Sorprendido por la repercusión que estaban teniendo en la prensa las imágenes del «no-saludo», el encargado de negocios congoleño, que ya había comunicado el malentendido la víspera al Gobierno de su país, se apresuró ayer a dar explicaciones de su sonado gesto al Ministerio de Asuntos Exteriores español para que se las transmitieran a la Casa del Rey. Además, aseguró que nunca quiso desairar a la Princesa y que en su país se saluda con normalidad a las mujeres.
No entendió a Doña Letizia
Según informaron fuentes de la Embajada del Congo en Madrid, Matondo asumió su cargo el pasado mes de marzo, por lo que era la primera recepción de estas características a la que asistía. Además, no habla español y ello contribuyó al malentendido. Según explicaron, cuando el martes Matondo extendió la mano a la Princesa, después de saludar a los Reyes y al Príncipe, Doña Letizia le dijo «algo en español que no entendió». Como además «había más invitados detrás», pendientes de saludar, el encargado de negocios «no sabía qué hacer». Finalmente, creyó que no debía saludar a la Princesa y retiró rápidamente la mano. Entonces, miró a los responsables de Protocolo, que le hicieron un gesto para que continuara. Matondo se dio cuenta de su error cuando, acto seguido, preguntó a su homólogo camerunés y le respondió que él sí que había saludado a Doña Letizia.
Óscar Matondo está considerado en los círculos diplomáticos españoles como una persona muy amable y educada, por lo que comprendieron que el incidente del Palacio Real se debía exclusivamente a un malentendido.
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