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La temperatura de los dinosaurios, medida por primera vez como si estuvieran vivos

El cuerpo de algunos grandes herbívoros alcanzaba los 36 ó 38 grados, tan caliente como el de los mamíferos modernos

La temperatura de los dinosaurios, medida por primera vez como si estuvieran vivos R. Hawley

ABC

«Salvo que se cree una máquina del tiempo, nunca nadie será capaz de medir la temperatura de un dinosaurio vivo». La cita es de James O.Farlow, uno de los paleontólogos más importantes del mundo, pero no es del todo cierta. Científicos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) y de la Universidad de Bonn (Alemania) han conseguido por primera vez medir la temperatura corporal de los grandes herbívoros extinguidos hace 65 millones de años gracias al estudio de la composición de sus dientes. Los investigadores aseguran que su método es tan preciso como retroceder en el tiempo y ponerle un termómetro a un dinosaurio vivo, y los resultados son bastante sorprendentes. Las características de estos animales -cabeza pequeña, un gran cuerpo y un metabolismo lento-, hacían pensar que eran gigantes apáticos y de sangre fría. Sin embargo, según la nueva investigación publicada en la revista Science, tenían temperaturas entre 36 y 38 grados, similares a la de los mamíferos y los pájaros actuales y mayor que la de los cocodrilos.

U. Bonn 

«Originalmente, los dinosaurios fueron considerados como animales de sangre fría porque son reptiles, como las salamandras o los cocodrilos», explica Thomas Tütken, bioquímico del Instituto Steinmann en la Universidad de Bonn. La temperatura corporal de los reptiles depende de la temperatura del ambiente, por lo que, por ejemplo, «después de una noche muy fría, reducen su actividad y apenas se mueven». Por el contrario, los animales de sangre caliente como los mamíferos o las aves son capaces de mantener su temperatura corporal constante por la combustión de los alimentos. ¿Le ocurría esto también a los dinosaurios?

Para aclarar el misterio, los investigadores desarrollaron un método que permite determinar la temperatura del cuerpo de los dinosaurios con la exactitud de un termómetro mediante el análisis de su esmalte dental , un material «que se ha conservado mucho mejor que los huesos». Los expertos midieron la abundancia de enlaces entre isótopos de carbono y oxígeno en la apatita, el principal mineral del esmalte de los dientes, que varía según la temperatura a la que se ha formado.

Como ponerle un termómetro

Con este método, los científicos analizaron los dientes de diferentes dinosaurios. El camarasaurio de EE.UU., un herbívoro gigantesco que alcanzó una longitud de hasta 20 metros y pesaba 15 toneladas, tenía un temperatura corporal de aproximadamente 36 grados Celsius, mientras que otro gran comedor de hierba, el braquiosaurio de Tanzania, alcanzaba los 38 grados. Ambos vivieron durante la Era Jurásica. «Es como poder ponerle un termómetro a un animal que se ha extinguido» , asegura Robert Eagle, geoquímico de Caltech y principal autor del estudio.

Sin embargo, las conclusiones de los científicos no zanjan el debate sobre si los dinosaurios eran animales de sangre caliente o fría. «Nuestros datos aportan pruebas claras de que su temperatura corporal era claramente más elevada y más estable que la temperatura ambiente», afirma Thomas Tütken. Pero según el científico, esto podría deberse a su gran masa corporal . Ahora los investigadores se proponen estudiar a dinosaurios más pequeños, incapaces de almacenar el calor al tener una superficie corporal mayor que su volumen, para determinar si eran de sangre caliente o fría.

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