MOTOGP
Un patito feo acusado de peligroso desde hace tres años
Perfil de Marco Simoncelli, piloto de MotoGP

Marco Simoncelli se ha ganado a pulso el cartel de «culpable». Hace cinco años era un piloto del montón en 125. Peligraba su futuro en este negocio. Y pidió consejo a Rossi para dar el salto adelante. Se hizo su amigo. Valentino le dijo que si quería vencer debía meter la rueda, ser agresivo, asustar, porque su corpulencia le permitía jugar con esas bazas.
Ascendió a 250, una categoría más acorde con su peso (78 kilos). Comenzó a plantar cara a pilotos que eran técnicamente superiores. Con su agresividad se colocó por fin en las posiciones de cabeza. Lo malo es que empezó a poner en peligro la vida de sus enemigos. Su primera jugadita fue echar a Bautista de la pista en una carrera . No se le sancionó. Y se adjudicó la corona del cuarto de litro en 2009 después de poner a Barberá al borde de la muerte . Sucedió en Mugello, en su casa, en su terreno. Era el Gran Premio de Italia y no podía admitir que Héctor le privara del himno ante noventa mil compatriotas rendidos. En la recta, con el español a rueda, impidió el adelantamiento con un cambio de trazada que acabó con el valenciano estrellado en el muro, a 280 kilómetros por hora. Hubo milagro. No se mató. Ni se rompió la cabeza. Solo sufrió múltiples dolencias por el golpe. El casco le salvó.
En las siguientes citas de aquel campeonato , el padre de Marco evitaba saludar a Héctor. Le daba vergüenza. Lo peor de todo fue que la organización del motociclismo nunca le castigó con una suspensión de carreras, como hizo con Lorenzo en 2005. Jorge cambió de actitud a partir de aquella advertencia. Simoncelli, no, porque nunca recibió tal prohibición.
Esa agresividad irrespetuosa es la que el mallorquín no ha dejado de denunciar ahora desde el Gran Premio de Portugal, hace dos semanas. Marco subió a MotoGP en 2010 y los pilotos, empezando por Stoner, Dovizioso, Bautista y Barberá, le acusan de realizar la misma maniobra que ayer destrozó las aspiraciones de Pedrosa. Entra por fuera y corta las trayectorias de los demás, que deben frenar en seco o caerse. En Le Mans, Pedrosa no tuvo ni esa opción. Solo le sancionaron con un paso por el «pit lane». Después de este accidente, la multa de 5.000 euros impuesta a Stoner por golpear con el puño en el hombro de Randy de Puniet , enojado por un suceso en el entrenamiento matinal, parece un juego de niños. Con Simoncelli, sin embargo, no se juega.
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