Seve se despidió a su manera

PEDREÑA (CANTABRIA)

Sin grandes manifestaciones, homenajes o alharacas. Rodeado de su gente. Así quería Severiano Ballesteros que fueran sus últimos momentos en Pedreña, la villa que le vio nacer hace 54 años y en la que murió el sábado después de luchar contra el cáncer.

Empero, una cosa son los deseos y otra las realidades. Su trascendencia a nivel mundial es tanta que la familia tuvo que abrir la mano y optar por unas exequias mixtas. Hubo medios de comunicación extranjeros presentes (las cadenas británicas retransmitieron en directo la señal de TVE) y un selecto número de representantes del mundo del deporte, la comunicación y la vida social. Pero, ante todo, sus amigos. Periodistas como Matías Prats, Olga Viza o Carlos García-Hirsfeld; ex deportistas como Emilio Butragueño, Miguel Induráin, Michael Robinson, Joe Llorente o Manu Sarabia; o el torero Enrique Ponce. Y, claro, sus compañeros del del golf.

Con su tío Ramón Sota y sus primos Toñín y Gabi a la cabeza, los veteranos Antonio Garrido, Manolo Piñero, Txomin Hospital o José Manuel Carriles no faltaron. Ni sus íntimos José Mari Olazábal y Miguel Ángel Jiménez. Desde las islas llegaron los capitanes de la Ryder Bernard Gallacher, Sam Torrance, Ian Woosnam, Nick Faldo y Colin Montgomerie. Y a todos ellos Baldomero Ballesteros les mandó un último deseo de parte de Seve: que la edición de 2018 sea en Madrid. Sería su postrera aportación al golf español mientras sus cenizas descansan ya en un magnolio de su jardín.