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Talibán bueno, talibán malo

Una facción talibán mantiene un acuerdo de no agresión con las autoridades paquistaníes a cambio de no actuar dentro de sus fronteras. Sus ataques se centran en Afganistán

REUTERS

MIKEL AYESTARAN

Son ellos, talibanes. Los mismos que tomaron Kabul en 1996 e impusieron e izaron la bandera del emirato islámico en Afganistán hasta la invasión de 2001, los mismos que mantienen en jaque al todopoderoso ejército de la OTAN desde hace diez años. Pero el paso ... de los años ha logrado extender y dividir el fenómeno talibán (palabra que no significa más que estudiante) y por eso estos jóvenes que nos miran desde detrás de sus pañuelos y lucen sus viejas armas ante la cámara son ahora etiquetados de «talibanes progubernamentales». Una división posible en suelo paquistaní, no afgano donde el movimiento es más uniforme pese a los intentos de diálogo por parte del gobierno de Karzai, y que se produjo en verano de 2009 tras la muerte de Baitulá Mehsud, líder de Tehrik e Taliban Pakistan (TTP), organización formada por diferentes grupos insurgentes unidos bajo el mando de los Mehsud con el objetivo de desestabilizar el país e imponer la sharia (código islámico de convivencia). Mientras estuvo vivo frenó cualquier intento de diálogo de paz y asesinó a los líderes tribales que se sentaron a negociar con Islamabad. Un misil americano acabó con su vida y abrió las puertas a la escisión.

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