El culturista más viejo del mundo

Pero no piensen que su vida transcurrió siempre entre gimnasios y competiciones de remo (una de sus mayores aficiones). Charles mantuvo un estilo de vida sedentario durante muchos años , sufriendo los habituales achaques de la edad y no fue hasta los sesenta cuando se apuntó a un club y comenzó a tener una progresión espectacular. No tardó en competir a nivel internacional y obtener resultados ganando 36 medallas de oro mientras la mayoría de sus amigos apenas se movián del sillón.

El éxito le duró cerca de dos décadas hasta que progresivamente volvió a su vida anterior: " A los 85 años tuve una crisis . Me miré en el espejo un día y vi a un anciano. Tenía sobrepeso, mi postura era terrible y solo había piel colgando de mí, donde antes había músculos. Incluso empecé a considerar el hecho de que probablemente moriría pronto. Pero echaba de menos mi viejo cuerpo y quería ser capaz de llamar la atención en la playa .."

Así que ni corto ni perezoso, a los 89 años se apuntó de nuevo a un club de culturismo y tuvo su tercera juventud sentando un precedente en este deporte. En un reportaje publicado recientemente por "The Guardian" Charles ha declarado "Con el levantamiento de pesas y los batidos de proteínas mi cuerpo comenzó a cambiar. Se hizo más amplio, con forma de V, y mis hombros y bíceps se definieron de nuevo. La gente empezó a comentar sobre lo joven que lucía y mi cuerpo volvió a llamar la atención de algunas mujeres".

El resto, es historia. Nuevos logros deportivos y el reciente reconocimiento en el Campeonato de Viena como el primer nonagenario culturista de la historia. Todo ello, con la filosofía que siempre le ha acompañado: "Yo no estoy persiguiendo la juventud. Estoy persiguiendo la salud . Se nos dice que la vejez es un estado continuo de decadencia y que debemos dejar de trabajar, reducir la velocidad y prepararse para morir. No estoy de acuerdo. Para mí, una persona de 65 años de edad es joven".