La crisis reduce por primera vez el consumo energético y la dependencia del petróleo
La región logra en dos años un ahorro de casi 500.000 tep, aunque el crudo sigue siendo la fuente más usada
Un mayor (cargo de) conciencia ciudadana, de las administraciones y de las empresas y lo apretado del bolsillo han servido para cambiar, quizás por obligación más que por devoción, la tendencia que marcaba al menos desde 1998 el continuo aumento del consumo de energía en Castilla y León. Con valores tan dispares —desde el 0,03 por ciento en 2002 hasta más de 13,17 en 2001— como constantes, éste se ha frenado sólo con la aparición de una crisis brutal que a día de hoy no acaba de alejarse ni tiene una fecha concreta de caducidad. Hasta que la luz se vea al final del túnel, Castilla y León ha hecho ya el esfuerzo de reducir en más de 500.000 Tep —tonelada equivalente de petróleo y que mide la energía liberada por una tonelada de «crudo»— al pasar de «engullir» más de 7.200.000 Tep durante todo el 2007 a gastar 6.700.000 en los doce meses de 2009, lo que se traduce en un significativo descenso del seis por ciento en apenas dos años y que, según fuentes de la Consejería de Economía, continuó en 2010.
Clave en la rebaja del consumo aparece el descenso en la dependencia del petróleo. Ahora que los conflictos en el norte de África han vuelto a elevar el precio de crudo y que éste ya nada tiene que ver al más moderado de hace unos años, el esfuerzo de la Junta y las necesidades de cada familia han ido encaminadas en los últimos tiempos a disminuir su consumo. El objetivo se ha conseguido en parte. El consumo de gasolina, gasóleo y fuelóleo no ha dejado de bajar desde el «crack» económico. 400.000 tep menos muestran los resultados de esa «política», pero no evitan que en la factura energética el petróleo mantenga su indiscutible liderato. Así, a finales de 2009 suponía el 55,41 por ciento de toda la «cuenta». Eso sí, con una caída de casi dos puntos frente al dato de 2007. En la tarta del consumo energético, la segunda fuente más utilizada es el gas natural —26,61 por ciento—, que es la que más «peso» ha ganado en este periodo, seguida de la electricidad, que ha pasado del 15,15% al 16,29. En última posición, y también bajando, aparece el gas licuado a presión (G.L.P.), lejos aún del 2 por ciento. En todo caso, en términos absolutos ninguna de las cuatro fuentes energéticas «vendía» más en 2009 que dos años antes.
Medidas del EREN
En conseguir esta «rebaja» se ha volcado desde hace años el Ente Regional de la Energía, dependiente de la Consejería de Economía que, a nivel general, apuesta por el desarrollo sostenible, el autoabastecimiento y la eficiencia energética. En el actualidad, está en vigor el plan de ahorro 2008-2012 dirigido a aplicar actuaciones en sectores como la industria, el transporte o los servicios, entre otros, y que prevé alcanzar un descenso del consumo de energía de más de 825.000 tep, además de evitar casi tres millones de toneladas de CO2. Además, el PAAE cuenta con unas inversiones previstas de 470 millones de euros y una ayudas públicas superiores a los 100 millones de euros.
Entre los programas en funcionamiento, destaca el de la implantación de ayudas a la adquisición de vehículos eléctricos e híbridos, en la que Castilla y León es «pionera». Desde 2002 se han subvencionado un total de 202, además de cuatro motocicletas eléctricas. Además, el EREN participa directamente en una planta para la producción de biodiesel en San Cristóbal de Entreviñas (Zamora), utilizando como materia prima aproximadamente 7.700 toneladas también al año de aceite vegetal. La inversión ha sido de unos 5,5 millones y está sirviendo para reducir unas 19.000 toneladas al año en emisiones de CO2.
Con el fin de contribuir a dotar a la planta de la materia prima necesaria, entre otras acciones, se ha realizado una campaña de recogida de aceites de cocina usados en el sector doméstico en los municipio de más de 20.000 habitantes y actualmente se está extendiendo la misma a ciudades entre 5.000 y 20.000 habitantes.
Por otro lado, este «ente» destaca la existencia de planes de movilidad en Ponferrada, León, Palencia, Segovia, Medina del Campo, Valladolid, Salamanca y El Espinar (Segovia) con la promoción del transporte urbano en bicicleta. Para ello, se han instalado sistemas de préstamo de este medio de locomoción en quince poblaciones de gran tamaño. En total hay disponibles 2.421 en toda la Comunidad Autónoma, con 133 «paradas». Además, en la Universidad de León se trabaja en un plan piloto en el que un número determinado de bicicletas va dotado de un sistema GPS. Los resultados permitirán definir los recorridos más habituales, posibilidades de instalar carriles bici, dotar de aparcamientos de bicicletas a la ciudad y, en general, organizar de forma más eficiente este tipo de tráfico.
El Ente Regional de la Energía también ha auspiciado proyectos concretos que pasan por el uso de coche compartido, los servicios de transporte a la demanda, la implantación de centros logísticos que favorezcan la carga y descarga y el reparto de mercancías y paquetería dentro de las ciudades, además de la promoción de intercambiadores modales. Se han creado asimismo oficinas de movilidad en Burgos, León, Miranda de Ebro, Aranda de Duero y Ponferrada.
Conducción eficiente
Las actuaciones en el transporte se complementan con cursos de formación dirigidos a ciudadanos, como el de conducción eficiente de vehículos turismos e industriales. En este sentido, durante 2009 se formaron un total de 2.200 alumnos y 500 profesores de autoescuela.
Además, Castilla y León cuenta ya con un Plan Estratégico para el desarrollo del Vehículo Eléctrico 2011-2014 que persigue, entre otros objetivos, facilitar el acceso al mercado tanto de los vehículos eléctricos como de los potenciales compradores, dotar a la región de las necesarias estaciones de recarga y permitir intercambios de información y realización de proyectos conjuntos en el campo de la movilidad eléctrica.
La participación del EREN se centra en el eje de infraestructuras —puntos de recarga en vía pública y en aparcamientos de uso público—. Para ello se está desarrollando un proyecto piloto de puntos de recarga de vehículos eléctricos que tiene como objeto principal la definición de los elementos que deben permitir a Castilla y León posicionarse como «líder en el desarrollo de la movilidad eléctrica», teniendo en cuenta que en la factoría Renault de Valladolid está prevista la fabricación en breve de un vehículo eléctrico.
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