El espía ruso que se vendió a la CIA
El presunto traidor que llevó a la detención de 10 espías «ilegales» rusos en EE.UU. era un jefe del Servicio de Inteligencia Exterior encargado de coordinarlos y entrenarlos
rafael m. mañueco
Continúa el revuelo en Rusia en torno a las informaciones publicadas el jueves por el rotativo “ Kommersant ”, según las cuales el culpable de que una red de espías “ilegales”, es decir, sin cobertura oficial, fueran desenmascarados y arrestados en junio en EE.UU. es ... un coronel apellidado Sherbakov.
El presunto traidor, de acuerdo con las informaciones del diario ruso, era nada menos que el jefe del departamento “C” del Servicio de Inteligencia Exterior ruso (SVR), encargado de coordinar y preparar a espías ilegales como los 10 detenidos el pasado 27 de junio por el FBI norteamericano.
Sherbakov se instaló definitivamente en EE.UU. poco antes del inicio de la operación contra sus compañeros. Kommersant señala que su hijo, un funcionario del Servicio Antidroga ruso, también se trasladó a ese país tres días antes de la visita que el presidente ruso, Dmitri Medvédev, efectuó a Washington el 24 de junio. Su hermana ya vivía allí desde hacía tiempo, lo que, a juicio del periódico, es inconcebible siendo su padre un alto cargo del SVR.
“Kommersant” sostiene además que, hace un año, a Sherbakov le fue propuesto un ascenso y lo rechazó, ya que es de rutina llevar a cabo comprobaciones con el detector de mentiras y hubiera sido descubierto.
Medvédev confirma la información
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, vino a confirmar las informaciones de “Kommersant” el mismo día de la aparición del artículo durante una rueda de prensa ofrecida en Seúl. “La noticia –del diario moscovita- no ha sido para mí nada nuevo. He estado al corriente de todo desde el principio”, declaró el máximo dirigente ruso. Según sus palabras, “el SVR deberá extraer conclusiones tras lo sucedido y adoptar las medidas adecuadas”.
El rotativo ruso no desvela sus fuentes, pero afirma que el primer ministro, Vladímir Putin , reaccionó al conocer la felonía de Sherbakov advirtiendo que “ los traidores siempre terminan mal , ya sea por el alcohol o las drogas, tirados en la cuneta”. Tales palabras inducen a pensar que el coronel del espionaje ruso tiene los días contados.
«Ya hemos enviado a un Mercader»
“Kommersant” cita también una fuente anónima del Kremlin advirtiendo que “ sabemos en dónde se oculta y puede estar seguro de que tras sus pasos ha sido enviado ya un Mercader”, en alusión al español Ramón Mercader, agente de Stalin que viajó a México para asesinar a León Trotski en 1940 .
Sin embargo, Serguéi Ivanov, portavoz del SVR ha asegurado que “no hay comentarios ni los habrá” en relación con el artículo de “Kommersant”, Puntualizó, no obstante, que la información publicada no ha sido facilitada por el SVR.
Por su parte, el vicepresidente del comité parlamentario de Seguridad, Guennadi Gudkov, ha manifestado que el departamento “C” del SVR “es el sanctasanctórum del espionaje ruso. La creación y preparación de sus agentes lleva décadas”. “El enorme fracaso sufrido pone de manifiesto un profundo estado de degradación moral, cuando el enriquecimiento rápido se convierte en el único objetivo y todo vale con tal de alcanzarlo”, considera el parlamentario ruso.
Un valioso agente perdido
Lo que más duele a la inteligencia rusa es haber perdido un agente tan valioso como Mijáil Vasenkov , de 65 años de edad, ascendido hace poco a general y galardonado en su día secretamente con la medalla de “héroe de la URSS” , la máxima distinción soviética.
Se ocultaba bajo el nombre de Juan Lázaro y, al parecer, contrajo matrimonio con la peruana Vicky Peláez , otra de las espías atrapadas. Según “Kommersant”, Vasenkov t rabajó en España durante los años 60 y de ahí viajó a Chile . Usaba como tapadera la profesión de fotógrafo, llegando a dominarla con auténtica maestría.
Ya en compañía de Peláez comenzó su actividad en EE.UU. Dicen que consiguió hacerse amigo de altos dirigentes del Partido Demócrata y logró obtener la agenda de viajes previstos por el presidente estadounidense.
Él, Peláez, la glamurosa Anna Chapman , y sus otros siete compañeros (Mijaíl Semenko, Mijaíl Kútsik, Natalia Perevérzeva, Vladímir Guríev, Lidia Guríeva, Andréi Bezrúkov y Elena Vavílova) fueron condecorados en octubre por Medvédev , en una solemne ceremonia celebrada en el Kremlin. Como es lógico al tratarse de espías, el acto tuvo lugar a puerta cerrada.
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