La gala de los Premios Gabarrón se convierte en un masivo apoyo a Contador

La ceremonia comenzó con la dulce melodía del saxofón de José Luis Gutiérrez, que junto a sus compañeros de cuarteto trasladó a los presentes a un sueño del que despertaron cinco minutos después con la incómoda alarma de un reloj. El despertar llegó de la mano de los dos presentadores, los periodistas Olga Viza y Fernando Ónega, quien elogió a su compañera, con la que, bromeó, «llevo un cuarto de siglo intentando ser pareja» de ceremonia. Sin más preámbulos, los galardonados fueron apareciendo uno a uno en el escenario. El primero, el arquitecto Álvaro Siza (Artes Plásticas), quien dijo haber encontrado en España «las más bellas oportunidades» para desarrollar su profesión» y «un estímulo y apoyo de mis amigos». Tras él, le llegó el turno a Fernando Trueba (Artes Escénicas), el único ausente, por lo que fue el director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, quien recogió su reconocimiento. Sí estuvo presente y visiblemente emocionado Emiliano Aguirre. El llamado «padre» de los yacimientos de Atapuerca agradeció a la Fundación por el «empeño» con el que vive la protección de la Ciencia en España. Su elocuente discurso, en el que recordó al gran Félix Rodríguez de la Fuente, fue recibido con un gran aplauso.

Más sonoro fue la recepción de Alberto Contador (Deportes). «Eres el mejor», se pudo oír desde las butacas de un anónimo invitado. Resumía el sentir de todas las personalidades congregadas, que concluyeron con vítores el sentido discurso del ciclista, que dedicó el reconocimiento «a toda la gente que me da ánimos» en estos momentos que reconoció «difíciles». El empresario José Antolín (Economía) fue el siguiente en aparecer en el escenario, donde , «pese a los tiempos difíciles» lanzó un mensaje de «confianza» en el futuro. Un grande las Letras, Juan Marsé no quiso olvidar en su discurso a quien fue para él «uno de los más grandes narradores del siglo pasado», Miguel Delibes, mientras que Rodrigo Borja Cevallos (Pensamiento y Humanidades) abogó por que ciencia y ética caminen de la mano. El hijo del primer ministro de Zimbabwe, Morgan Tsvangiari, Edwin, fue el encargado de entregar el galardón a Jonathan Brown, y tras él, Antonio Garrigues, cerró el brillante «cuadro» de los galardonados, «faros de luz, color y sabiduría, señaló Cris Gabarrón, el presidente de la Fundación, para quien estos Premios, que alcanzaron ya la novena edición se han convertido en un «homenaje al esfuerzo, talento y coraje».

Cerró el acto el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, quien de nuevo mostró su apoyo al ciclista. «Estamos contigo» le dijo, al tiempo que destacó su «merecidísimo» premio. Antes de finalizar su discurso el primer edil tuvo unas cariñosas palabras para el recién desaparecido Santos Villanueva, con quien —recordó- compartió jurado de los galardones y deseó a los galardonados «correr la misma suerte» que el flagrante Nobel de las Letras, Vargas Llosa, a quien en la primera edición él tuvo el honor de entregarle un premio Gabarrón.