El Port de la Selva «se va» de la Constitución

Es la primera vez que un municipio catalán emite un pronunciamiento de protesta de estas características. En anteriores ocasiones, alcaldes y plenos municipales habían llamado al incumplimiento de normas o se habían sumado a campañas en favor de la lengua, de las selecciones catalanas y de la independencia con fórmulas retóricas marcadamente insumisas y maximalistas. En cambio, declarar un municipio «moralmente excluido» es un hecho inédito al que otras localidades sopesaban si unirse. En eso confiaban los autores de la idea, entre sorprendidos y desconfiados ante el eco mediático de su indignación ante el Tribunal Constitucional, sobre todo si se tiene en cuenta que el Port de la Selva es un municipio con tan sólo mil habitantes, más conocido por sus excelencias turísticas y paisajísticas que por los pregones políticos de su corporación municipal.

Sin embargo, eso ha cambiado y un pleno extraordinario nada menos ha sido el escenario que el alcalde convergente Genís Picart y el resto de grupos con presencia en el consistorio han escogido para hacer pública su protesta. Los cuatro miembros de CiU y los tres concejales de la oposición (Port AM y PSC) han aprobado por unanimidad un acuerdo para exponer que el pueblo no se siente vinculado a la Carta Magna española, así de claro. Justifican tal medida en que, dado el recorte que ha dado el TC al Estatut «la conclusión evidente es que las aspiraciones de autogobierno de la nación catalana no tienen cabida en el ordenamiento jurídico español». Genís Picart añadía que esta «acción contundente» recoge el sentimiento de «frustración» que ha generado la sentencia del TC.

La satisfacción del alcalde era más que evidente. El golpe de efecto había conseguido igualar al dado la semana pasada en Cadaqués, cuando trascendió que una empresa china pretende reproducir el pueblo en el Lejano Oriente. El Port de la Selva también sale en los papeles.