Grecia empieza a negociar las duras condiciones para recibir la ayuda del FMI

El ministro de finanzas griego, George Papaconstantinou, se reunió ayer con el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, para concretar esa ayuda. De los 45.000 millones de euros solicitados por las autoridades de Atenas, el FMI se encuentra en disposición de empezar a facilitar dinero de forma bastante más rápida que la Unión Europa. Para el próximo 19 de mayo, Grecia tiene que pagar 8.500 millones de euros del vencimiento de su deuda pública, cantidad de la no dispone.

La metodología aplicada por el Fondo Monetario, que en el caso de Grecia podría aportar en torno a 15.000 millones de euros, consiste en realizar entregas de capital en plazos para asegurar su correcta administración. Cada remesa -con un interés por debajo del 5% aplicado para la ayuda de la Eurozona- suele verse precedida por una misión del FMI para comprobar que el país que ha solicitado su intervención está cumpliendo debidamente con las condiciones acordadas. Como ha ocurrido recientemente con Ucrania, los pagos del Fondo pueden quedar congelados en caso de incumplimiento.

Las condiciones para la ayuda del FMI se plasman en un documento conocido como "carta de intención", en la que el país "rescatado" se compromete a toda una serie de medidas concretas y un calendario de cumplimiento. En el caso de Grecia, ante la gran precariedad de sus finanzas públicas, se esperan desde un significativo recorte de su déficit fiscal hasta una congelación de salarios.

Los detalles de la carta de intención suelen ser publicados una semana después del anuncio de un acuerdo con el FMI. Aunque en el caso de Grecia, la Unión Europea como parte de los requisitos del euro, ya ha dictado al gobierno griego que se apriete el cinturón durante los tres próximos tres años con el fin de reducir su disparado déficit público para el 2012. Pero el poder de fiscalización de Bruselas no es comparable al del Fondo.

Dentro de las deliberaciones en Washington figuran las dudas sobre si los 45.000 millones de euros solicitados por Grecia van a ser suficientes para solventar la crisis fiscal del país heleno, o simplemente van a ser un costoso parche de efectividad limitada. Como ha reiterado el Fondo Monetario, su participación está condicionada a un plan de ajuste que sea "apropiado, realista y adecuadamente financiado".

De hecho, los movimientos registrados este viernes en la cotización de los bonos de deuda griega estarían indicado que los inversores empiezan a creer que no van a recibir todo su dinero. Lo cual ha fomentado la incertidumbre sobre la necesidad de un segundo plan de rescate o una más probable reestructuración de la masiva deuda acumulada por Grecia, que el año pasado alcanzó un 115 por ciento de su producto interior bruto.