La extensión del hielo ártico tras el invierno registra su mínimo histórico

La extensión del hielo marino este invierno es la más baja jamás registrada, estando por debajo de la media en todas las zonas salvo en el mar del Labrador y el estrecho de Davis. El hielo invernal se ha quedado 1,10 millones de kilómetros cuadrados por debajo de la media de 1981-2010, que es de 15,64 millones de kilómetros cuadrados, y 130.000 kilómetros cuadrados por debajo del anterior máximo de hielo más bajo, que se produjo en 2011.

Durante este invierno la extensión del hielo marino creció un total de 9,91 millones de kilómetros cuadrados, un crecimiento menor que el del invierno 2013-2014, que batió récord. Parte de la explicación para este bajo registro está en los patrones climáticos recientes. Así, febrero se caracterizó por una configuración inusual de la corriente en chorro, que produce un calentamiento de las condiciones en el lado Pacífico del Ártico, manteniendo baja la extensión del hielo en el mar de Bering y el mar de Ojotsk. Además, desde la última quincena de febrero hasta mediados de marzo, la Oscilación del Ártico (un patrón de circulación atmosférica) estaba en una fase positiva muy fuerte, creando una zona de bajas presiones entre Islandia y el sur de Groenlandia, que se extiende hasta el mar de Barents. Esta fuerte depresión provocó un patrón de vientos de componente sur en los mares de Barents y Kara.

Además, durante las dos primeras semanas de marzo, las temperaturas en todo el Ártico oriental estuvieron varios grados centígrados por encima de la media, con temperaturas de hasta 8 y 10ºC por encima del promedio registradas en el Mar de Barents entre Svalbard y la Tierra de Francisco José.

No obstante, los datos son provisionales, pues aún son posibles periodos de aumento en las proximas dos o tres semanas, aunque desde el NSIDC consideran poco probable que pueda producirse un crecimiento suficiente para compensar el retraimiento del hielo de estas últimas semanas y superar la medida alcanzada el pasado 25 de febrero. Pero la tendencia es clara, la extensión máxima en invierno cada vez es menor y se alcanza antes, mientras que la extensión mínima en el verano también decrece y cada vez se alcanza más tarde porque el frío se retrasa.