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La vida secreta de las arrugas

Explicamos por qué salen, qué intentan las cremas antiarrugas, qué ocurre a nivel celular, qué relación tienen con el cáncer de piel, si se puede decir que son bellas o no y qué son los lunares

La vida secreta de las arrugas FOTOLIA

gonzalo lópez sánchez

Las arrugas pueden ser un fastidio y una pesadilla para los que quieren ser siempre jóvenes, por fuera. También pueden ser una marca distintiva o un sinónimo de madurez. No está del todo claro, y los refranes no se ponen de acuerdo en decidir una cosa u otra. Unos dicen que los años no pasan en balde. Otros recuerdan que cumplir años tiene sus ventajas, pues al fin y al cabo, más sabe el diablo por viejo que por diablo. Y si ninguno de estos dichos decide si las arrugas son deseables o no, quizás haya que asumir que son inevitables y recurrir al que dice que la belleza está en el interior o que está en los ojos del que mira.

Al margen de estas discusiones los científicos llevan mucho tiempo intentando averiguar por qué envejecemos y cómo se pueden evitar los achaques de la edad, las enfermedades en general y el cáncer en particular. Consideran que a medida que pasan los años las células del cuerpo se van deteriorando y que comienzan a fallar los engranajes. Y mientras tanto, los cirujanos y los dermatólogos hacen lo que pueden para disimular los efectos del tiempo en el exterior. Entre ellos, las arrugas.

«Las arrugas se producen a causa de la flacidez de la piel», explica Tomás Linares, un médico de la Clínica Menorca dedicado a la cirugía estética desde los años ochenta. «Cuando el hueso madura después de la pubertad, pierde volumen y líquido, se sustituye el colágeno por tejido calcificado, pierde elasticidad y se hace más rígido y frágil. Por otro lado, los tendones y tegumentos disminuyen su tensión y aumenta la flacidez de los tejidos. Por todo eso se forman los surcos y las arrugas». ( Entrevista al cirujano aquí ).

«Envejecimiento y cáncer se asocian con la acumulación de daños en las células»

Y aparte de estos cambios estructurales, tal como explica Blanca Vasco, médica estética del Instituto Médico Láser , el envejecimiento provoca otros cambios en la piel. «El tejido va perdiendo hidratación, empeora la vascularización, se pierde colágeno y se desorganiza, disminuye el grosor y la actividad de la dermis».

En opinión de María Soledad Soengas, investigadora en cáncer de piel en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas ( CNIO ), el colágeno tiene un papel muy importante en la formación de las arrugas. «Es una proteína que mantiene la elasticidad, la estructura y las propiedades de la piel». Y, a medida que se envejece, «aparecen defectos relacionados con la red de colágeno. No se sintetiza lo suficiente y se degrada en exceso».

Factores que aceleran el envejecimiento

Aparte del proceso natural de maduración de la piel, la aparición de las arrugas depende de varios factores. Entre estos hay «hábitos que podemos evitar como el consumo del alcohol, el tabaco, la mala alimentación, las exposiciones prolongadas al sol o los cambios bruscos de peso (...) y otros que no podemos evitar, como la genética», en palabras de Linares. Así por ejemplo, es por las exposiciones al sol por las que la gente que trabaja en el campo tienen más arrugas y a edades más tempranas.

«Si fuésemos adoradores de las arrugas no tendríamos tantos pacientes»

Pero además hay varios tipos arrugas. Según enumera la doctora Vasco, hay «arrugas de expresión, originadas por la contracción muscular y la expresividad, en el entrecejo, en la frente y en la comisura de los ojos (patas de gallo), surcos en el tercio inferior de la cara, motivados por la pérdida de grasa y de tono muscular, surcos nosogenianos uniendo la nariz y el labio, pliegues de marioneta, que se originan en la comisura de los labios y que se extienden hacia abajo y que recuerdan a las aberturas de las bocas de las marionetas, arrugas en el cuello, etc».

¿La arruga es bella?

En opinión del cirujano Tomás Linares, «cada vez hay más gente preocupada por la juventud exterior, que va al gimnasio y que se cuida más». Y aunque reconoce que poco a poco las arrugas se llevan con más satisfacción, «si fuésemos adoradores de las arrugas no tendríamos tantos pacientes». En este mismo sentido, Blanca Vasco opina que «somos una sociedad que mira mucho hacia la juventud, pero en los últimos años la gente apuesta por un envejecimiento natural». Y ambos coinciden en señalar que los hombres se han apuntado al carro de cuidarse, aunque con mucha sutileza.

Remedios

Sea como sea, si hay clínicas de cirugía estética es en parte porque hay formas de tratar las arrugas. Aunque no se puede ir contra el tiempo, «pretendemos que el envejecimiento sea más lento y por eso intentamos estimular a la piel para que produzca colágeno y se reestructure», resume Vasco. Eso pasa por hidratarla con cremas, hacer tratamientos de «peeling», cuya finalidad es que el tejido incremente su actividad y estructura.

A su vez, el cirujano habla de las técnicas más importantes: «Hay bioplastias para infiltrar ácido hialurónico , productos estimulantes de colágeno, tensores de piel, cremas tensoactivas, bótox para relajar la musculatura, etc». Según explica, el médico decide qué tipo de tratamiento es más adecuado y si hay que optar por la cirugía. Y ahí se puede aplicar el famoso « lifting » que, «no es estirar nada (...) sino elevar la piel y la flacidez del músculo suelto, porque ha perdido sujeción con el hueso».

Envejecimiento y cáncer

Lejos de los bisturís, María Soledad Soengas es una de las científicas que trabaja en un campo muy relacionado con las arrugas y el envejecimiento de la piel. Dirige un equipo de investigación en melanoma (un tipo muy agresivo de cáncer de piel) en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). «Envejecimiento y cáncer se asocian con la acumulación de daños en las células y mutaciones en el ADN. Estos pueden llevar a que disminuya la actividad de las células o bien que, si fallan las barreras de supresión, crezcan de forma incontrolada y aparezca cáncer».

Según explica, a medida que se acumulan estas mutaciones o cambios en el ADN aparecen fallos en varios sistemas de las células, como en las mitocondrias (factorías de energía) o en los sistemas de autolimpieza (proteasas, sistemas de autofagia).

O dicho con otras palabras, tal como resumió en un artículo publicado en la revista «Cell» un grupo de expertos, «el envejecimiento es resultado de la inestabilidad genómica, del acortamiento de los telómeros, de las alteraciones epigenéticas, de la pérdida de proteostasis, de la desregulación en la detección de nutrientes, de los errores en las mitoconrdias, de la senescencia celular, del agotamiento de las células troncales y de la comunicación intracelular alterada».

Seas cuaél sean estos cambios, cuando estos errores afectan a los fibroblastos , unas células situadas en las profundidades de la piel, aparecen arrugas, manchas, lunares, etc. El motivo es que estas células están «encargadas de producir colágeno y otras importantes fibras, y de mantener la estructura y la funcionalidad de la piel», según Soengas.

¿Por qué envejece el sol?

Además, esas mismas mutaciones que generan imperfecciones en la piel pueden originar cáncer si no se mantienen bajo control. Esto ocurre cuando varios sistemas celulares que regulan la división y el crecimiento celular se desregulan y las células adquieren la capacidad de proliferar en exceso, o sea, multiplicarse muy rápido y por su cuenta, al margen de los dictados del resto del organismo. Por fortuna son necesarias muchas mutaciones para desencadenar cáncer. Según dice Soengas, por ejemplo «el melanoma puede acumular más de 80.000 mutaciones totales, en los que cada célula puede tener su propio grupo de mutaciones».

Normalmente las células cuentan con sistemas de reparación para corregir las mutaciones, o sistemas de supresión para silenciarlas y que no tengan efectos. Además, la piel cuenta con el mecanismo del bronceado , a través del cual los melanocitos producen melanina, una molécula que actúa como «paragüas» para proteger a las células de la piel frente a la luz solar. Ya que los rayos ultravioleta, son capaces de atacar directamente el ADN y producir esas mutaciones.

«Lunares mutantes»

Aún así, los cánceres de piel son especialmente frecuentes puesto que, por una parte, la piel es el órgano más grande y extenso del cuerpo, y por otra, está muy expuesta a la radiación ultravioleta.

Por eso, a medida que se envejece y que la radiación tiene su efecto, aparecen lunares, grupos de células mutadas que tienen mutaciones en oncogenes pero que no han llegado a «malignificar», o sea, a proliferar en exceso, manchas, arrugas y demás imperfecciones. Llevar una buena alimentación y hacer ejercicio físico pueden ser una buena forma de retrasar la aparición de arrugas. Y de vivir muchos años más.

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