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Llegó la hora de ahorrar agua

La ONU, el CSIC y Agualogy reclaman en el «Año Internacional de la cooperación en la esfera del agua» un uso más eficiente de los recursos hídricos por parte de la agricultura, la industria y las ciudades aprovehando la tecnología y el conocimiento

Llegó la hora de ahorrar agua RAÚL GÓMEZ / AÑO DEL AGUA

M. V.

Un agricultor usa 70 litros de agua para cultivar una sola manzana. Para que un ciudadano pueda llenar un vaso de leche la industria emplea 200 litros. Y una hamburguesa, entre la fabricación del pan, la plantación de las verduras y el criado del ganado requiere la friolera de 2.400 litros de agua. La población del mundo sigue creciendo y consume cada vez más. Ese ritmo de vida y el impacto del cambio climático amenazan con hacer del preciado líquido un recurso «limitado». Quizá haya llegado la hora de apostar por un consumo más eficiente.

Ese viene a ser el mensaje que quiere lanzar la Asamblea General de la ONU en 2013, declarado por ese organismo como año del agua ( «Año Internacional de la cooperación en la esfera del agua» ). Y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la empresa Agualogy (de la compañía Aguas de Barcelona, Agbar) participarán en el mismo con un programa de divulgación y formativo, presentado ayer en Madrid, que incluye actividades de sensibilización y fomento de la cultura científican de cara a un uso consciente del agua.

Ahorrar agua mejora la competitividad

«La demanda de agua va a superar con creces los recursos disponibles», advierte Ángel Simón, presidente de Agualogy y Agbar, empresa líder en la gestión y suministro de agua en España, quien durante su participación en la presentación de la campaña apostó por aprovechar la innovación y la tecnología para hacer un uso más sotenible del líquido.

Simón explicó en este sentido que reutilizando el agua en la cadena productiva no solo se logra reducir la huella hídrica, sino que además se mejora la competitividad de la economía. Además, estimó que con medidas de este tipo se podría ahorrar hasta un 70% de agua y un 90% de la energía consumida. Al respecto, el secretario general de Ciencia, Tecnología e Innovación, Román Arjona, detalló los programas de investigación e innovación públicos o de colabroación público-privada puestos ya en marcha en torno a la problemática del agua.

La agricultura, el gran consumidor

Actualmente el sector agrario consume el 70% del agua disponible, y el resto se lo reparten la industria y el consumo urbano. Y mientras el sector energético es el que más agua recicla, seguido de la industria y los usos urbanos, la agricultura llega a agotar entre el 40% y el 95% del agua que emplea en su actividad diaria. «Con un pequeño ahorro que hiciésemos en la agricultura sería agua que liberaríamos para otros usos», recomienda el presidente de la Real Academia de Ingeniería de España, Elías Fereres, quien recuerda no obstante que España es un país de los más avanzados en reutilización del agua.

De hecho, es el segundo solo por detrás de Israel en sistemas de riego más avanzados. El 47,8% del campo español se riega ya por goteo, mientras que hace 30 años en el 90% de los cultivos todavía se usaban sistemas menos eficientes como la aspersión y la gravedad o riesgo en superficie. «También se está empezando a usar agua regenerada de las ciudades», celebró Pereres durante su conferencia magistral, en la que pidió una mayor «solidaridad internacional e intergeneracional» para reducir la contaminación y hacer un uso más eficiente del agua.

La falta de agua, fuente de desigualdad

«Hay muy poca agua y está muy irregularmente distribuida en el mundo», alertó este catedrático de ingeniería agrícola. La Organización Mundial de la Salud estima que se precisan entre 50 y 100 litros de agua por persona al día para satisfacer las necesidades humanas más básicas.

La ONU se había fijado en sus Objetivos de Desarrollo del Milenio que en 2015 el 89% de la población tenga acceso a una fuente mejorada de agua, esto es, segura, sostenida y saneada. Sin embargo, y como recordó durante su intervención el presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, casi 1.000 millones de ciudadanos del mundo no tienen acceso a agua potable y unos 2.600 no disponen de instalaciones de saneamiento de este recurso. Las regiones del mundo más avanzadas tecnológicamente disponen de más de 200 litros por persona y día; las menos desarrolladas, como las centroafricanas, no llegan a los 10 litros. «El agua es un termómetro básico de la desigualdad», lamenta Simón.

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