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sucesos

El hijo de Gallardón denunciado por darse a la fuga se libró de un asalto mortal en Brasil

Ocurrió hace casi dos años cuando trabajaba en un bufete de abogados en Sao Paulo. El amigo que le acompañaba murió de un tiro en el pecho

M. J. álvarez.

José Ruiz-Gallardón Utrera, hijo del ministro de Justicia, denunciado por otro conductor por darse a la fuga, presuntamente, tras haber golpeado la parte trasera de su vehículo, sufrió un brutal episodio de tintes dramáticos relacionado con vehículos del que salió ileso. Sin embargo, el amigo que le acompañaba perdió la vida de un disparo .

Ocurrió en Sao Paulo (Brasil) en donde estaba trabajando como abogado para el despacho de Uría-Menéndez el 21 de julio de 2012. José Ruiz-Gallardón iba acompañado por el italiano, Tommaso Lotto, en un Honda Civic por una céntrica avenida de la ciudad carioca. Eran las 18.30 y el tráfico era intenso.

En un semáforo de una de las zonas más lujosas de la peligrosa ciudad fueron alcanzados por una moto, que se puso a su altura, con dos ocupantes. El que viajaba de «paquete» le mostró un arma de fuego. Pretendían robarles los objetos de valor que portaban, en concreto un reloj de lujo del italiano.

Lotto, recién aterrizado en Brasil para buscar trabajo, se bajó del coche. No entendía nada y por respuesta fue alcanzando por uno de los disparos que realizaron en el tórax . Los delincuentes interpretaron su gesto como una amenaza y se dieron a la fuga sin el botín. Mientras, Ruiz-Gallardón Utrera salió del coche como pudo y, presa de pánico, huyó, conmocionado. Su amigo, de 27 años, pereció en el acto. Él, que entonces tenía 26, resultó ileso, pero regresó de inmediato a España, al calor de los suyos, para tratar de sobreponerse al terrible crimen.

Ruiz-Gallardón Utrera llevaba un año trabajando en esa ciudad, en la sede del prestigioso bufete en la avenida Paulista de la ciudad brasileña. El colegiado se incorporó a ese despacho en España en 2008. Se trata del pequeño de los cuatro hijos del expresidente de la Comunidad.

En noviembre de ese mismo año, la policía detuvo a una banda de delincuentes especializada en robar relojes de lujo. Dos de ellos fueron acusados del atraco mortal.

Ahora, casi dos años después, ha vuelto a ser noticia por haber golpeado dos veces un vehículo y huir hasta el garaje de su casa cerca de la medianoche del sábado pasado. ¿Volvió a revivir lo sucedido? ¿Qué le hizo huir y por qué no salió cuando acudieron los agentes municipales? Solo él lo sabe. De momento, no se ha pronunciado.

Fotografiaron la matrícula

Todo comenzó cuando circulaba por la calle de Miguel Ángel a bordo de un utilitario de su padre y, al incorporarse a la de Almagro, golpeó al otro automóvil, con varios ocupantes en su interior, al que volvió a dar, antes de parar. Cuando se apearon para comprobar los daños y rellenar el parte se fugó.

El dueño del vehículo siniestrado le siguió mientras sus amigos fotografiaban la matrícula. Sin embargo, a partir de aquí hay dos versiones de los hechos. Una de ellas asegura que los jóvenes le perdieron de vista, por lo que avisaron a la Policía Municipal, explicó un portavoz de la Jefatura Superior de Policía.

Los agentes municipales, con los datos de la matrícula, averiguaron el nombre del titular: el ministro. Sin embargo, cuando preguntaron a sus escoltas si había entrado un coche de las características citadas, le replicaron que no. Ya, junto al conductor perjudicado, realizaron el parte de intervención del siniestro y le acompañaron hasta la comisaría de la Policía Nacional, donde denunció los hechos. La minuta y el atestado ha sido remitido ya a un juzgado, que decidirá si lo considera delito o falta.

La segunda versión sostiene que la persecución llegó hasta el domicilio y que, como el Lancia se introdujo en el garaje, el dueño del otro turismo avisó a la Policía Municipal. Y agrega que, cuando se personó la patrulla, los escoltas indicaron que el coche sí había llegado a la finca. Al ser una propiedad privada, los agentes hicieron la minuta y acompañaron al perjudicado, que insistía en denunciar los hechos, a comisaría, precisaron estas fuentes del caso. Los desperfectos no fueron importantes: abolladuras de chapa. Las mismas fuentes indicaron que el hijo del ministro pudo haber dañado algún vehículo aparcado.

«Pelea entre compañías»

En casos similares, lo habitual es localizar al dueño del coche si se dispone de la matrícula, que la víctima identifique al conductor y que este se responsabilice.

En este episodio, será complicado que el juez determine si hubo delito contra la seguridad vial, dado que al fugado no se le pudo practicar la prueba de alcoholemia, no hubo heridos, ni el testigo aludió a conducción temeraria, un extremo que habría que demostrar. A no ser que él presunto autor de la colisión reconozca los hechos.

«Normalmente estos casos quedan en una mera sanción administrativa por incumplir la normativa de movilidad y no facilitar los datos y en un asunto entre aseguradoras o, a lo sumo, en una denuncia civil».

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