Madrid dice adiós esta tarde al carnaval con el Entierro de la Sardina
La capital organiza varios actos para despedir a «Don Carnal»
ABC.ES
Tras varios días de fiesta, Madrid se viste hoy de luto en pleno Miércoles de Ceniza para enterrar a la sardina, es decir, para decir adiós –al menos por este año- al carnaval y dar la bienvenida a la Cuaresma. Sin embargo, la muerte de ... este pez (representante del desenfreno y los festejos) no será ni mucho menos triste, pues la capital no ha escatimado en gastos y ha organizado, desde varios desfiles, hasta una procesión a través de las calles de la ciudad.
Concretamente, el último día de carnaval tiene como acto principal el desfile del Entierro de la Sardina, el cual ha quedado a cargo –un año más- de la « Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina ». Este grupo, cuyos orígenes podrían radicar –según afirman sus integrantes- en la época de Carlos III , será el responsable de dirigir la procesión que atravesará las calles de Madrid para despedir las fiestas vestidos, por supuesto de luto, pues que las fiestas toquen a su fin no es plato de buen gusto para nadie.
Antes, como cada año desde hace muchos, son recibidos en el Ayuntamiento de Madrid. En este caso, de forma excepcional, ha sido el concejal de Las Artes, Pedro Corral, el encargado de recibirlosy de darles el pésame, como marca la tradición. Les dio ánimo y consuelo en su camino hacia la Pradera de San Isidro, donde tendrá lugar el sepelio por la «simpar sardina pilchardus», denominación latina de la difunta. «Junto a vosotros, amigos Cofrades, caminará siempre el Madrid del talento y del humor, el Madrid de la poesía hecha alucinación y de la novela urbana, el Madrid del ingenio y de la creatividad, el Madrid de los veladores de los cafés literarios, hoy prodigiosamente convertidos en cibercafés», en la ciudad «de Gómez de la Serna y Valle-Inclán, de Chueca y Chapí, de Jardiel y Neville, de Tono y Mingote, de Cela y Azcona, de Berlanga y Almodóvar, pero también de Umbral y de Pérez Reverte, de Antonio Vega y de Sabina».
Los Cofrades agradecieron el gesto y regalaron, un año más, una sardina-pin a su anfitrión en la Casa de la Villa. Sardina que, como siempre, hace un guiño a la actualidad: y si en el año de aprobación de la Ley antitabaco iba fumando un puro, y el pasado portaba unas enormes tijeras, este año la sardina-broche que lucía Pedro Corral en la corbata se tomaba una taza de «relaxing café con leche», como no podía ser de otro modo.
Este curioso entierro comenzará aproximadamente a las seis de la tarde en la Ermita de San Antonio de la Florida, lugar desde el que, con los instrumentos en ristre, se recibirá con un batucada a la sardina. A continuación, y tras presentar sus respetos al primer cofrade Francisco de Goya, se leerá un discurso que dará el pistoletazo de salida al desfile, el cual atravesará el Puente del Manzanares, llegará hasta el Paseo del Comandante Fortea, continuará por la calle del Doctor Casal y, finalmente, terminará su recorrido en la Casa de Campo a las ocho de la tarde.
«Por fin enterraremos a nuestra sardina en la Fuente de los Pajaritos de la Plaza de las Moreras de la Casa de Campo, para terminar con una gran fogata donde esperamos que ardan los malos actos y pensamientos y de sus cenizas brote la alegría, paz y concordia que tanto caracterizan a este pueblo de Madrid. Durante gran parte del recorrido irán acompañados por el Cuadro del Entierro de la Sardina de Goya, representado por la compañía de teatro Morboria», destaca la propia Cofradía.
Por otro lado, este año el madrileño distrito de Arganzuela ha querido unirse también a la celebración y ha organizado, por primera vez en varios años, su propio Entierro de la Sardina. Este dará comienzo a las cinco de la tarde en la llamada «Nave de Terneras» (a la altura de la Casa del Reloj) y consistirá en una visita a la zona seguida de un baile y un pasacalles –acompañado de un cortejo fúnebre para el pez-, todo al rito de la música.
Más de 100 años de tradición
El Entierro de la Sardina es ya toda una tradición en Madrid desde hace más de 100 años. Con todo, a día de hoy su origen es incierto y existen varias teorías sobre su nacimiento. La primera, y más recurrente, es la que afirma que en esta jornada los madrileños se reunían para despedir las fiestas enterrando un costillar de cerdo debido a la inminente llegada de la Cuaresma (en la que se prohíbe comer carne). Al parecer, este pedazo de animal recibía el nombre de sardina, lo que hizo que el término se confundiera.
Por otro lado, también existe la hipótesis de que todo radica en una mala decisión de Carlos III quién, en un día caluroso, ordenó traer sardinas a Madrid para celebrar el fin del carnaval. No obstante, las altas temperaturas estropearon la comida, por lo que hubo que enterrar el cargamento entero.
Fuera como fuese, lo único cierto es que, en la actualidad, el Entierro de la Sardina simboliza el fin del júbilo de las fiestas (representado en un pez) y la vuelta a la normalidad tras el carnaval. A su vez, este curioso acto es un símbolo de cómo hay que enterrar los vicios y malas prácticas del pasado para entrar en la Cuaresma, una época de mayor austeridad.
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