Teresa Helbig: una primavera/verano de gusto exquisito

Una de ellas vive en la Provenza en la casa de sus abuelos rodeada de naturaleza y muebles artesanos. Gracias a ella descubrimos los vestidos súper lady -entre el que se encuentra el favorito de la diseñadora, según nos confiesa antes del desfile- hechos a base de cannage y racia sin tintar, cuerda o tul, llevados también a los crop y chaqueta. Merece la pena tocarlos para valorar hasta qué punto hay trabajo detrás de ellos.

Gracias a esa provenza rural, descubrimos también un sensual vestido hecho a base de tul y flores, bordadas con la ayuda de la propia madre de Teresa, tal y como nos cuenta antes de que se expongan sobre la pasarela sus diseños. Es, sin duda, una de esas piezas de la colección que dotará a la mujer que lo vista de esa femininidad muy de Helbig, nada «ñoña».

La otra de las hermanas usadas por Helbig como hilo conductor de sus diseños es la mayor, más sofisticada, que vive en París. Ella es noctámbula y coqueta, con la americana como sello de identidad. Viste el shocking Pink y los verdegrises de Trianon, las chaquetas bolero y las lentejuelas -brillantes a rabiar- que nos llevan a soñar con la noche parisina.

Todos los looks, tal y como nos explican desde su equipo antes de desfilar, tienen una historia única detrás. Es, tal y como también nos tiene acostumbrados Helbig , una colección para la mujer exquisita, exigente consigo misma y sin miedo a subirse a unos zuecos de piel grabada de cocodrilo, con aires de los 70.