Conchita Wurst: «Doña Letizia es muy hermosa y tiene mucho estilo, la adoro»

- Han pasado ya casi dos meses desde tu sonoro triunfo en el festival de Eurovisión . ¿Cómo ha cambiado tu vida desde entonces?

- Todo se ha transformado y obviamente ha sido para mejor. Siempre quise que mi vida fuera así y desde que nací me he preparado para este momento. Desde jovencita, me he sentido muy libre porque siempre he hecho lo que necesitaba para ser feliz. Pero ahora como artista, siento otra clase de libertad. Ahora sí creo que todo es posible y que uno puede alcanzar cualquier meta. Por ejemplo, antes de ganar Eurovisión soñaba con que Elton John o Cher supieran quién soy yo. Y ahora, tras ganarlo, lo saben. Es maravilloso.

- ¿Te sientes ya como una gran estrella de la música?

- Ese es mi gran sueño y tengo todavía un largo camino por recorrer hasta llegar a serlo. La industria de la música es muy competitiva y las cosas que haga en el futuro tienen que ser las adecuadas. Ahora, por ejemplo, estoy concentrada en buscar las mejores canciones para ese futuro álbum. Hay que intentar siempre obtener el mejor resultado posible.

- Pero hay mucha gente que cree que ganaste Eurovisión por ser una mujer que lucía barba, y no por tu voz o la calidad de la canción…

- Oh Dios mío, todo el mundo tiene su opinión y entiendo que algunos necesiten clasificar las cosas en categorías para poder entenderlas mejor. Pero es un «todo» que va más allá de la barba. Fue muy importante el tema que interpreté, mi voz, la puesta en escena, las entrevistas que concedí… Así se crea un artista. Lady Gaga puede vestir la mejor ropa del mundo, pero si publicara canciones pésimas o cantara mal, nadie la escucharía. Una cosa no funciona por sí sola.

- Cuando ganaste, sobre el escenario, dijiste: «Este triunfo está dedicado a todo el mundo que cree en un futuro de paz y libertad. Nosotros estamos unidos y somos imparables». ¿Quién os quiere detener?

- Muchas personas, hacen incluso fila (ríe). Cuando dije esas palabras, sólo quería que esa gente supiera que hay muchos otros que creemos en un futuro sin odio. Todas las personas que pertenecen a alguna minoría todavía tienen que luchar hoy en día por sus derechos. ¡Y eso es algo tan triste…! El mundo perfecto para mí será cuando no tengamos que hablar de estas cosas. Y los que no desean eso tienen que saber que los buenos siempre ganan al final.

- Fuiste la tercera artista más votada por los espectadores de Rusia, un país que mantiene vigentes leyes contra la «propaganda homosexual» ¿Por qué se dio esa extraña paradoja?

- Es todo muy ridículo, no sé por qué tienen esas leyes estúpidas. A nadie le puede importar si un hombre está con otro hombre o una mujer con otra. A mí me da igual, y no entiendo por qué algunos políticos están tan interesados en esas divisiones. Me enorgullece saber que a los rusos les gustó mi canción, pero por otro lado es una gran señal. A ver si los que mandan allí se dan cuenta de que el público tiene sus propias opiniones o creencias.

- Incluso te han llegado a acusar de provocar las inundaciones que azotaron a los países balcánicos y que dejaron más de cincuenta fallecidos poco después de celebrarse el festival…

- (Se le escapa una carcajada) Tengo que reírme, ¡que ridículo es eso!. Lamento decepcionarlos, pero no soy tan poderosa. No soy una superheroína. Soy sólo una drag-queen.

- ¿Y cómo es la situación en Austria, tu país?

- Tras mi paso por Eurovisión y mis entrevistas, muchos austriacos entendieron lo que quiero mostrar con este personaje escénico. Incluso algunos me dicen que gracias a mí han cambiado su opinión o punto de vista respecto a la homosexualidad. No sé si eso le ha pasado a un gran número de personas, pero continuaré haciendo lo que hago hasta el día en que me muera. Ojalá pronto no haya homofobia o racismo, pero para eso tenemos que seguir trabajando juntos.

- ¿Sabes quién es Ana Botella?

- No, ¿quién es?

- Es la actual alcaldesa de Madrid. Ella habló hace algunos años en televisión sobre el matrimonio homosexual y dijo que era como mezclar peras y manzanas. ¿Qué fruta eres tú?

- (Risas). Pues no lo sé, nunca he visto una mesa llena de frutas. Pero al tratar estos temas, mucha gente se olvida de que al fin y al cabo hablamos de amor. Y uno puede amar a quien quiera.

- ¿Qué reacción tienen los niños cuando ven a una mujer con barba? ¿Qué te dicen?

- Pues si te soy sincera no se sorprenden, sólo quieren saber qué ocurre. Pero se acercan a mí sin odio y sin miedo. Yo les explico y les digo: «soy un chico y me gusta vestir de chica porque me siento cómodo de esa manera». Y cuando me preguntan por qué tengo barba, les respondo que me gusta ir así. Y ellos lo entienden. No dicen: «eso no está bien». Simplemente dicen: «vale». Eso es todo y así debería ser siempre.

- Cuando fuiste adolescente, sufriste en tus propias carnes una fuerte discriminación por tu orientación sexual. ¿Te ves con fuerzas para hablarnos sobre eso?

- Bueno, tengo que decir que hay historias más dolorosas que la mía dentro de la comunidad gay. Pero sí, lo pasé mal porque crecí en un pueblo pequeño austriaco rodeada de gente con ideas muy cerradas. Para cualquier persona, esa época de tu vida siempre es difícil porque es muy estresante. Pero en mi caso, yo tuve que luchar además contra mí misma por sentir lo que sentía. Cuando sabes que eres diferente a los otros chicos y te insultan y dicen groserías por ser así, la situación es muy complicada. Y yo pensaba: «esto no está bien, tengo que cambiar». Pero un día decidí ser fiel a mí misma, y nunca más volví a sufrir. Cuando uno sabe quién es en realidad y está orgulloso de ello, nadie puede lastimarle. Si ahora alguien me insulta, le respondo: «No me importa lo que digas, ¿quieres un beso?» (sonríe) No me afecta.

- Y pese a esa discriminación, muchos años después la prensa de tu país dice ahora que eres la reina de Austria. Por cierto, ¿qué opinas de nuestra nueva Reina en España, Doña Letizia?

- ¡Ay, es hermosa! Me encantó desde el momento en que se casaron. Bueno, a mí es que me gustan mucho las historias de princesas. No sé mucho sobre ella, pero la adoro. Se ve hermosa y con mucho estilo en las fotos. Me recuerda un poco a Victoria Beckham, aunque Doña Letizia parece más relajada frente a los fotógrafos. Victoria es como si siempre estuviera posando. Yo soy más como Doña Letizia.

- Seguimos con las celebridades. Después de ganar Eurovisión, la mismísima Cher te recomendó que cambiaras de peluca para mejorar tu imagen. ¿Le has hecho caso?

- (Ríe) A mí me hizo mucha gracia ese comentario, pero mi estilista se enojó mucho. Aunque yo le dije a él: «cariño, no le des importancia. A fin de cuentas, es la opinión de una mujer que usó una peluca de papel» (ríe)

- ¿Y el hombre que quiera conquistar a Conchita Wurst tiene que lucir una barba tan perfecta como la suya o los prefieres imberbes?

- Personalmente, me da igual. Pero sí es muy importante una cosa: el hombre de mi vida ha de ser muy gracioso.