Sara Carbonero planificó su embarazo durante la baja de Iker

La noticia de la futura paternidad saltó tras clausurarse la Copa Confederaciones de Brasil , donde Casillas volvió a ponerse bajo los palos para defender la meta de España, y unos días antes de que la pareja comenzase sus vacaciones.

Sara, que también viajó al país carioca para cubrir para Mediaset la información sobre el torneo, se encuentra de quince semanas de gestación, y por lo que se ve la periodista está llevando su embarazo con total normalidad. Tanto que no se ha pensado dos veces subir de nuevo a un avión para viajar junto al portero del Real Madrid a las islas Seychelles, un paradisíaco y exclusivo enclave en el que la pareja se encuentra disfrutando de unos días de tranquilidad, antes de que ambos vuelvan a incorporarse a sus respectivos trabajos: Sara a los informativos de Telecinco, e Iker a los entrenamientos merengues.

Nada al azar

Pero a pesar de que la noticia del embarazo ha despertado la sorpresa de muchos , todo parece indicar que la pareja no ha dejado nada al azar y ha planificado, con ayuda de la naturaleza, el nacimiento de su primer hijo.

El bebé, que fue concebido cuando Casillas estaba pasando uno de los momentos más duros de su carrera, tras lesionarse y ser relegado al banquillo por José Mourinho , nacerá a finales de año o principios del próximo, lo que permitirá a su madre, una vez agotada la baja por maternidad, reincorporarse a su trabajo justo a tiempo de cubrir la Copa del Mundo de Brasil , del 12 de junio al 13 de julio de 2014. Una importante cita que tendrá el morbo añadido de ver a la pareja compartiendo plano después de haberse convertido en padres, y quien sabe si será una nueva ocasión para comprobar la complicidad que existe entre ambos, tal y como ocurrió en el Mundial de Sudáfrica en 2010, cuando Iker besó a Sara ante las cámaras para sorpresa de todos. Un espontáneo arranque del portero de La Roja que dio la vuelta al mundo.

Mientras tanto, los futuros papás, completamente instalados ya en su nueva casa de la exclusiva urbanización La Finca, intentarán seguir con su vida, tratando de disfrutar de este momento tan especial en la intimidad. Y hasta ahora parece que lo están consiguiendo, porque pocos son los detalles que han trascendido a día de hoy, tan solo que la pareja quiere que su hijo venga al mundo en Madrid, exactamente en la clínica Rúber de la capital, donde Sara será atendida en el parto por el equipo del doctor Vidal , el mismo ginecólogo de las hermanas Penélope y Mónica Cruz. Además de las escuetas declaraciones que ha hecho Goyi Arévalo, la madre de la redactora de deportes de Telecinco, que ha admitido que sabía desde hace tiempo que su hija estaba en estado de buena esperanza, y confirmado que tanto los futuros padres como el resto de la familia se encuentran muy ilusionados y encantados por la feliz noticia. En lo que no ha querido entrar la suegra de Casillas es el tema de una posible boda.

«No puedo decir nada», ha manifestado a Europa Press sobre la posibilidad de que su hija y el portero del Real Madrid estén planeando pasar por la vicaría. Un tema que tampoco preocupa a la pareja que, en más de una ocasión, ha reconocido a su círculo más íntimo que se sienten completamente unidos sin que haya papeles de por medio Y todo ello a pesar de que cierta prensa ha llegado a casarles más de una vez, adelantando en «rigurosa exclusiva» fechas y lugares donde supuestamente iban a contraer matrimonio.

Pareja virtual

Y en medio de esta vorágine de noticias sobre el embarazo de una de las parejas más mediáticas de nuestro país, la vida de Iker y Sara ha saltado a la ficción por obra y gracia del famoso videojuego de «Los Sims».

Unos muñecos con un asombroso parecido a los personajes reales reviven escenas tan conocidas como la fijación que tiene la periodista de vestir de blanco en las bodas, el momento previo al beso tras la final del Mundial de Suráfrica o el baño con delfines que se dieron con motivo del cumpleaños de Iker. Ahora solo queda recrear el embarazo, el nacimiento y la boda para que la felicidad «cibernética» de la pareja sea completa.