Un círculo reducido de ayudantes protegió eficazmente la intimidad de la pareja
Unos pocos escoltas, los secretarios personales de los duques, un jefe de prensa y, el martes, la peluquera de Catalina conformaron un escurridizo «equipo Cambridge» con una misión: custodiar el espacio personal de la pareja frente al circo mediático en el exterior
BORJA BERGARECHE
La llegada al hospital de los duques de Cambridge a las 5:30 de la mañana del lunes fue tan rápida y sigilosa que nadie creyó al único fotógrafo que pudo capturar una fugaz instantánea del momento. «Aparecieron los dos coches, ... eran coches muy simples, fue todo muy discreto, los agentes saltaron y todos se apresuraron dentro del hospital, fue una maniobra muy ágil», explicaba ayer Jesal Parshotam, de 24 años, que a las 5:55 anunció en un solitario tuit que «Kate Middleton está en el hospital». La pareja viajó en un Ford Galaxy azul oscuro con los cristales tintados, y su equipo de seguridad eligió un viejo Saab 95. Nada que ver con los Jaguar, Range Rovers o Land Rovers Discovery en los que suele verse a la pareja por el centro de Londres.
El desplazamiento desde Kensington Palace, de apenas cinco minutos en coche y sin tráfico, fue orquestado por Bill Renshaw , el agente del servicio de protección de autoridades de Scotland Yard al mando del operativo. Renshaw, un veterano del cuerpo, no pudo impedir, a pesar de estar a su cargo, la publicación de fotos del príncipe Enrique jugando al billar desnudo en Las Vegas. Con Catalina ya en la habitación, el equipo de ayudantes de los duques fue introduciéndose discretamente en el Ala Lido del hospital de St. Mary’s , convertida astutamente en una fortaleza informativa para proteger la intimidad de los jóvenes papás.
Rebecca Deacon , la secretaria personal de la duquesa, fue avistada por el «Daily Mail» el lunes, discreta, con unos vaqueros y gafas de sol. «Beca», de 30 años, ocupa el puesto desde el año pasado, al que llegó desde la secretaría de los príncipes Guillermo y Enrique en St. James Palace. Como un negativo palaciego de la pareja real, coordinó las decisiones con ella Miguel Head , el secretario privado de Guillermo, de 34 años y madre portuguesa. «Mig» fue fichado por el Duque de Cambridge también el año pasado, después de ocuparse eficazmente en el servicio de prensa del ministerio de Defensa de la cobertura del primer despliegue en Afganistán de su hermano Enrique. Fue el encargado de recibir ayer en la puerta de la clínica al Príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles cuando visitaron al recién nacido.
Su estrategia fue retrasar los anuncios públicos , en medio de una feroz presión mediática, para arañar horas de tranquilidad para la pareja. Así, el ingreso en la clínica solo fue anunciado dos horas después, a las 7:28 (hora local), a pesar de que varios periodistas llevaban más de una hora intentando verificar el tuit pionero de Parshotam. De la misma manera, aunque la duquesa dio a luz a las 16:24 , la noticia solo fue comunicada a las 20:29 (21:29 en la península) del lunes. Un frenético compás de espera en el exterior para garantizar unas horas de soledad con el bebé a la pareja . «Querían pasar primero un poco de tiempo solos con su bebé, y tenían que hacer las llamadas de teléfono de rigor», explicaron desde palacio.
Todo ello orquestado por Ed Perkins , el responsable de prensa de la pareja quien, a las 20:31, segundos después de lanzar el comunicado, apareció sonriente en las escalinatas de acceso a la clínica. Ahí entregó una carpeta roja a un empleado de palacio, encargado de transportar el certificado médico oficial que sería expuesto un cuarto de hora más tarde en un trípode frente a la verja del Palacio de Buckingham. En el interior, solo tres expertos en ginecología tenían información de primera mano del bebé y la madre, acompañado en todo momento, como casi todas las parejas, solo por su marido. Los padres de Catalina , Carole y Michael Middleton, les visitaron ayer por la tarde por primera vez. Y la bisabuela, Isabel II, se enteró por teléfono.
El hombre que, previsiblemente, vio primero el rostro del nuevo heredero al trono fue el doctor Marcus Setchell , abuelo también a sus casi 70 años, apartado de sus planes de jubilación tras 20 años como ginecólogo de la Reina para ocuparse de la duquesa. «Es un bebé precioso» , dijo al salir del hospital, pasadas las 9 de la noche. Le asistieron Guy Thorpe-Beeston, un especialista en partos de riesgo de la exclusiva clínica londinense Pórtland, y el doctor Sunit Godambe, especialista en recién nacidos del St. Mary’s.
El equipo «civil» de los duques se trasladó hace un mes al Palacio de Kensington desde el de St. Jame’s, para tomar posesión de la que será la residencia oficial de Guillermo, Catalina y su primer hijo a partir del otoño. La pareja ha pasado su primera noche con su bebé en el «cottage» que ocupan temporalmente en Kensington, después de una salida del hospital en la que desplegaron la mezcla de naturalidad y profesionalidad, de modernidad y teatro, que caracteriza a la pareja. En su nueva vida de padres en el Palacio de Kensington seguirá prestando sus servicios el personaje clave que se sumó ayer por la mañana en la clínica a este «equipo Cambridge», Amanda Cook Tucker , la estilista y peluquera de la duquesa, encargada también de atusar la precoz calvicie de Guillermo y Enrique.
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