Juanma Moreno: El hombre tranquilo

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Moreno llegó a la dirección del PP en las peores condiciones imaginables . Tras presentar su dimisión por el fracaso en las urnas, Arenas señaló como sucesor al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, pese a las reticencias de éste a embarcarse en una empresa que le alejaba de su ámbito político natural. Zoido compaginó como pudo la gestión de la ciudad con la presidencia del PP andaluz durante un año y medio, hasta que tiró la toalla y anunció que dejaba el cargo para centrarse en Sevilla. Comenzó entonces un proceso sucesorio demencial que Rajoy prolongó innecesariamente durante medio año, avivando las disputas internas y sometiendo al partido a seis meses de navajeos e incertidumbre. Aunque Zoido y el aparato del partido había apostado por el alcalde de Tomares, José Luis Sanz, como sucesor, Rajoy optó por atender a su entorno monclovita y enviar a Moreno Bonilla a Andalucía.

Así pues, Moreno llegó a la presidencia de un partido que desconocía (desde los tiempos de Nuevas Generaciones no había estado dedicado a cuestiones orgánicas del PP) y donde buena parte de la formación le esperaba con la metralleta debajo de la mesa. Y desde el primer día mostró tranquilidad y seguridad en sí mismo, sus dos valores de referencia . Fue elegido presidente del PP andaluz en febrero de 2014, conformó una ejecutiva en la que apenas conocía a nadie y comenzó a hablar en la intimidad, ante el estupor de los periodistas, de la posibilidad de ganar a una Susana Díaz que acababa de irrumpir con gran éxito en el escenario político nacional. «Si me hubiesen elegido desde el principio ganaba seguro» , mascullaba entonces resignado.

La determinación ante los retos le viene de familia a Juanma Moreno. Nieto de jornaleros e hijo de emigrantes, nació en Barcelona en 1970 , donde su padre se había instalado para trabajar en la fábrica de Seat y otras empresas de la industria local. Con sólo dos meses su familia (tiene dos hermanas) retorna a Málaga, donde el hoy candidato popular creció más preocupado por la música que por la política.

En plenos años 80 y animado por el éxito de los malagueños de Danza Invisible, Moreno crea dos grupos musicales, «Cuarto Protocolo» y «Lapsus psíquico» , que actúa sin demasiado éxito en fiestas juveniles de la época. El joven Moreno no apuntaba una vocación profesional definida, y se matricula sucesivamente en Psicología y en Pedagogía, donde, sin embargo, comienza a mostrar facultades de liderazgo, siendo elegido delegado de alumnos. El gusanillo político le carcomió definitivamente tras acudir a un mitin de Aznar en Málaga, ingresando en el PP, donde pronto llegaría a ser presidente de Nuevas Generaciones, primero en Andalucía y luego en España.

Desde que fuese elegido presidente del PP andaluz, Moreno ha ido superando obstáculos al estilo Rajoy, con parsimonia y sin ponerse nervioso. Nada más llegar tropezó con su currículum, donde figuraba una titulación inexistente (no acabó Psicología ni Pedagogía, aunque posee un grado en Protocolo), y con algunos errores de principiante despistado, como cuando señaló que su proyecto era a seis años vista. Poco a poco, sin embargo, fue cogiendo la onda, y entonó definitivamente su rumbo en los dos debates televisivos de la campaña electoral, contraponiendo su tranquilidad a la temperamental agresividad de Díaz. Con esa serenidad afronta la nueva legislatura andaluza.