España, atenta a la tendencia que marque el primer escrutinio del año

Tres décadas de socialismo

La primera será conocer si estas elecciones cambian el monocolor político del Gobierno andaluz después de 33 años de socialismo. Las encuestas publicadas hasta el pasado domingo coincidían en la ventaja del PSOE, pero ningún sondeo le otorga un resultado cercano a la mayoría absoluta que está en 55 diputados. Los socialistas ganaron con suficiencia todas las elecciones en Andalucía excepto en 1994 y 2012. En el primer caso Manuel Chaves gobernó durante dos años en minoría (45 diputados frente a 41 del PP, 20 de IULV-CA y 3 andalucistas). En las últimas elecciones celebradas el 25 de marzo de 2012, el PP ganó las elecciones aunque quedó a cinco diputados de alcanzar la mayoría absoluta. PSOE e IU formalizaron un pacto de gobierno que tampoco ha logrado culminar la legislatura.

Con la incógnita de la alternancia política, Andalucía se ve inmersa en unas elecciones que serán las primeras tras la aparición de nuevas formaciones políticas que tienen como objetivo desgastar el modelo de bipartidismo representado a izquierda y derecha por PSOE y PP respectivamente.

Coalición o en minoría

La de hoy promete ser por tanto una noche de calculadoras. Sin mayoría absoluta se abriría un proceso para intentar formar coaliciones capaces de sustentar un gobierno estable. Prácticamente ningún candidato se ha declarado decidido a apoyar un pacto de gobierno de antemano durante la campaña, si acaso se han negado al mismo. Esas negativas a pactos totales que han hecho los líderes en las últimas semanas invalidan a priori las expectativas de alianzas virtuales más obvias resultantes de los sondeos electorales. Hoy, resueltas las elecciones será distinto. Se apelará a la responsabilidad, a la estabilidad, a la gobernabilidad. Habrá que estar muy pendientes esta noche de las primeras declaraciones de los líderes tras conocerse el resultado provisional. No parece probable alianza en la que no intervengan alguno de los dos partidos mayoritarios hasta ahora, sea o no la fuerza más votada.

El PP ha mantenido hasta el final de campaña su apoyo a que gobierne la lista más votada , así lo ha referido el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y lo ha venido reiterando desde la precampaña Juan Manuel Moreno frente a la ambigüedad del resto de formaciones. Sin mayoría absoluta, la fuerza más votada tendrá que intentar buscar algún aliado o plantearse el gobierno en minoría. Para ello necesitaría asegurar la investidura de presidente o presidenta de la Junta. Será necesario que al menos alguna otra fuerza política se abstenga en la votación para obtener la mayoría simple necesaria. El nuevo Parlamento andaluz quedará constituido el 16 de abril y tiene dos meses para acordar la investidura. En esa fecha estaremos inmersos en la precampaña de las elecciones municipales del 24 de mayo y cualquier alianza entre partidos tendrá consecuencias en el discurso de las formaciones políticas para futuras citas electorales.

Otra forma de hacer política

La palabra «cambio» ha sido de las más utilizadas en campaña. Todas las formaciones, incluso las que han tenido responsabilidad de gobierno, ha apelado a una «nueva forma de hacer política». A partir de esta noche debería demostrarse esa inquietud. El Parlamento resultante se enfrenta a un tiempo de importantes reformas dirigidas a mejorar los indicadores económicos de la comunidad, en especial el empleo con carácter urgente. No menos importante debe ser la respuesta institucional a la corrupción, ya que todas las formaciones llevan en sus programas electorales medidas correctoras. Asimismo, serán necesarias estrategias de mejora de los servicios públicos esenciales, sobre todo Sanidad y Educación y enfrentarse a una reforma integral de la propia estructura organizativa de la Junta de Andalucía difícilmente sostenible en la actualidad por la excesiva dimensión de lo que se conoce como «administración paralela». Entre las peticiones más extendidas del electorado a los representantes políticos está que sean capaces de elevar la vista para la resolución de los problemas comunes por encima de intereses partidistas.

Ser o no ser

Estas elecciones van a ser importantes para definir el papel a jugar por varios líderes políticos. Susana Díaz ha planteado su campaña como un plebiscito sobre su liderazgo como presidenta andaluza y en el propio PSOE , cuya siglas han quedado premeditadamente en un segundo plano. Los resultados de Andalucía tendrán reflejo en la relación de fuerzas del PSOE federal cuyo comité ya advirtió será el responsable de marcar las preferencias de pactos poselectorales. El candidato popular, Juanma Moreno, con el bagaje de un año al frente del PP andaluz, tiene en estas elecciones su primera prueba de fuego. Se juega cimentar su liderazgo o aventar de nuevo los recelos de parte del partido en Madrid que fueron críticos con su designación como presidente regional. El PP se la juega dentro de dos meses en las municipales para mantener las ocho alcaldías de capitales andaluzas. Algo similar le ocurre a Antonio Maíllo, aunque se enfrenta a una coalición que habrá de enfrentarse el 23-M a resolver la crisis interna que quedó aparcada por la campaña . Del resultado de Podemos dependerá el peso que tenga en el futuro Teresa Rodríguez en el partido, ya que la convocatoria de elecciones le cogió en pleno proceso de primarias en Andalucía. La candidata no forma parte del Consejo Ciudadano Estatal de la formación morada. Juan Marín, hasta esta campaña desconocido fuera del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, tiene la oportunidad de consolidarse como la imagen de Ciudadanos en Andalucía. No será lo mismo para Martín de la Herrán, que tiene hoy una segunda oportunidad para dar representación a UPyd en el parlamento andaluz. El exjuez Francisco Serrano (VOX) y Antonio Jesús Ruiz albergan la misma ilusión.

Hasta las Generales

Por tanto, en manos de los andaluces está hoy la apertura de un periodo apasionante para la política española en la que la relación de fuerzas irá determinando alianzas y decisiones que se suponen van a marcar la agenda de acontecimientos en el futuro y que derivará en las elecciones generales de otoño donde se definirá el nuevo mapa político español.