La ANC se desmarca de Mas y sigue su propia ruta separatista

El guión postconsulta, al que ha tenido acceso ABC, ya está hecho. Plantean unas elecciones anticipadas en febrero de 2015 –antes que las municipales de mayo y de un hipotético adelanto de las generales al otoño– porque «seguir gobernando en esta situación debilita el proceso» y «posponerse al proceso electoral español provocaría cansancio y desconfianza hacia los gobernantes». Consideran que en el Parlamento catalán actual «no es posible una mayoría alternativa y, por tanto, hay que convocar elecciones anticipadas de forma inmediata».

El objetivo de esos comicios son la proclamación de la independencia, la construcción del nuevo Estado y el reconocimiento internacional. En este sentido, entiende la plataforma presidida por Carme Forcadell que una lista de unidad puede obtener un apoyo popular mayoritario gracias a la concentración del voto, la suma de los indecisos y la de los independentistas de otros partidos que oficialmente no defienden la secesión, como puede ser PSC, UDC o ICV.

Estaría integrada, además, por personalidades con liderazgo social, cívico, académico, sindical y empresarial. Entienden que la lista unitaria «sería la mejor manera de mostrar la trascendencia del momento» y que «ahora se debe evitar la constrontación entre independentistas», pues «la excepcionalidad del momento requiere superar la división partidista».

«Debe ser una candidatura claramente independentista, que refuerce la propuesta frente a los que se quedan anclados en el derecho a decidir», propone la ANC, que se reserva un papel activo y visible. En este sentido, la Asamblea está abierta a promover que algunos de sus miembros destacados formen parte de la candidatura, a título individual y previa renuncia a sus cargos dentro de la ANC o manteniéndolos (para lo cual se tendrían que reformar los estatutos de la ANC).

En esta planificación, este movimiento independentista contempla un programa electoral, avanzado por este diario, consistente en la formación de un gobierno de perfil técnico para la gestión del día día y del proceso de transición nacional. Asimismo, se procedería al «nombramiento de los líderes políticos como consejeros sin cartera» y a «una declaración de soberanía en un plazo no superior a los tres meses desde la constitución del nuevo Parlamento».

El siguiente paso consistiría en «notificar al Estado español, a la Unión Europea y a las cancillerías mundiales la voluntad de constituir un nuevo estado» y proponer un proceso de «negociación de la secesión con el Estado español». Durante esta fase transitoria, el nuevo Gobierno de concentración se ocuparía de gestionar los servicios básicos y de crear «las estructuras del estado que faltan».

El diseño de esta hoja de ruta secesionista tiene lugar después de intensos debate internos de la Asamblea en los que se ha puesto de manifiesto la desconfianza que genera el presidente Artur Mas. «Mas ha intentado utilizar a la ANC, yendo solo y dando la imagen de que tiene a su lado a la sociedad civil, a la ANC. No tenemos que permitirlo», se comentó en una de las reuniones.

La propia presidenta de la plataforma, Carme Forcadell, afirmó en uno de los cónclaves que «nuestro objetivo es la independencia y todos tenemos que conseguirla. El presidente Mas es una activo, pero sin nuestro apoyo no lo podremos hacer. Nosotros somos decisivos y como tenemos poder debemos poner condiciones, una de las condiciones que debemos poner son las elecciones. Si damos apoyo ayudará a rehacer la unidad de los partidos políticos, no podemos dar esta imagen».