La líder de Bildu, Laura Mintegi, abandona la política

Lo cierto es que su renuncia era más que previsible, toda vez el protagonismo de Mintegi se fue disolviendo como un azucarillo en el agua una vez que la coalición radical se asentó con fuerza (21 escaños) en el Parlamento de Vitoria. Salvo algún debate puntual, en el que Mintegi llegó a afirmar que el asesinato del dirigente socialista Fernando Buesa tenía una explicación «política», su protagonismo ha sido más bien nulo. Sus apariciones en la tribuna han sido escasas en el último año, dejando paso a otras figuras de la «izquierda abertzale» de mayor peso político, como el portavoz adjunto Julen Arzuaga o el «jefe» de Batasuna en la sombra: Unai Urruzuno.

Mintegi tuvo un mal estreno hace ahora dos años. Un día después de su puesta de largo al frente de la coalición de Sortu, Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternativa, realizó unas declaraciones polémicas que fueron mal digeridas por los cuadros internos de la «izquierda abertzale». Mintegi rechazó entonces ser la sustituta del líder batasuno Arnaldo Otegi y llegó a afirmar que el dirigente encarcelado por pertenencia a ETA «quizá no hubiera sido el mejor lendakari».

«Otegi es el líder de una formación política, un excelente líder, pero el lendakari tiene que tener una visión de país y no de partido», afirmó.

EHBildu ha agradecido a Mintegi su «compromiso, responsabilidad, profesionalidad y su aportación militante». «Laura seguirá con nosotros, eso sí, haciendo su aportación a la construcción nacional de Euskal Herria desde su ámbito universitario, cultural y del euskera», ha dicho la coalición en una nota.

Fuentes de Bildu señalan dentro de la normalidad el abandono de quien se presentó para presidir el Gobierno vasco argumentando que su candidatura fue «excepcional», como «marca blanca» en sustitución de otros cuadros políticos de Batasuna inhabilitados.