Aguirre planea proponer sus candidatos para Madrid antes de que hable Génova

De hecho, ABC ha podido saber de fuentes populares que la advertencia no era casual: Aguirre se plantea proponer antes de que la cúpula del PP hable y en su calidad de presidenta regional, sus dos «elegidos» para encabezar las candidaturas a la Comunidad y el Ayuntamiento, colocando así a Rajoy en la tesitura de atender a las bases, aunque quien las interprete sea la presidenta de Madrid. Pese a que es una competencia que, según el artículo 49 de los estatutos de su partido, reside exclusivamente en el Comité Electoral Nacional (es decir, en Rajoy y Cospedal), Aguirre está barajando señalar aquellos nombres que, a su juicio, contarían con el respaldo de las agrupaciones locales y con mayores probabilidades de renovar la longeva hegemonía popular en Madrid, que dura, en el caso de la capital, 23 años, y en el de la autonomía, 19. Una implantación que, según las encuestas que baraja la dirección nacional, estaría en peligro si no se opta por candidatos que, con su tirón popular, compensen el desgaste que sufre el partido, a consecuencia de las duras medidas que ha tenido que adoptar el Gobierno para corregir la crisis económica. Y entre esos nombres emerge con fuerza el de la propia exjefa del Gobierno madrileño, la única, según los estudios internos de Génova, que rozaría la mayoría absoluta en la capital, condición indispensable para afianzar el Ayuntamiento, pues se da por segura una alianza PSOE e IU (e incluso con la emergente UPyD) en una aritmética en el que esa suma permitiera desalojar al PP.

Aguirre quiere por tanto jugar sus cartas en el bien entendido de que Moncloa no podría permitirse arriesgar la Alcaldía de la capital, que también sirve de arrastre a la Comunidad, excluyéndola del cartel. Aunque la presidenta madrileña no ha dado a conocer oficialmente si optará o no, ABC ha confirmado que en conversaciones privadas Aguirre (que abandonó el Gobierno regional en septiembre de 2012 pero advirtiendo que la «política» era su vida) «no descarta» esa probabilidad siempre que «sea Rajoy el que se lo pida».

En ese contexto se inscribe su inopinada respuesta a la elección de Moreno Bonilla en el PP de Andalucía , que se interpretó en la planta séptima de Génova como un aviso a navegantes de su siempre expeditiva compañera. Como también en esa clave se ha leído que una de sus personas de confianza y portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, declarara recientemente que la Junta Regional debería «tener algo que decir» en las designaciones de Madrid, ya que es una «decisión que no debería ser solo de una persona». De nuevo otra apelación al «dedo divino» y a las bases .

La propia Aguirre contestó así cuando ABC recabó su opinión: «El comité electoral regional propone y el comité electoral nacional dispone». Y no está errada la presidenta ya que las normas internas del partido establecen que el organismo regional solo puede decidir sobre los candidatos cabeza de lista si Rajoy en persona lo delega expresamente. Circunstancia que jamás se ha producido. Quizá por esa razón, sostiene un dirigente madrileño, «Aguirre daría un paso al frente obligando a un cuerpo a cuerpo a la dirección nacional que le sería delicado corregir el veredicto de las bases».

Lo cierto es que de llevarse a cabo este desafío de Aguirre a Moncloa, las siempre revueltas aguas de los populares madrileños virarían a tsunami. Si bien las apuestas de la presidenta, según las mismas fuentes, serían claras -la misma Aguirre como candidata municipal (la única institución se le escapa todavía tras haber sido presidenta del Senado, ministra de Educación y mandataria regional) e Ignacio González, como aspirante a revalidar la Comunidad- es bien sabido que la quiniela de postulantes es más amplia. Por un lado, se encuentra la incógnita de Ana Botella, una alcaldesa siempre en el ojo del huracán por ser la esposa del expresidente Aznar, distanciado de Rajoy, que todavía no ha dicho públicamente si quiere repetir pero a la que las encuestas le son desfavorables con vistas a revalidar la Alcaldía. Justo es decir, sin embargo, que cuenta con la simpatía personal del presidente del Gobierno al que muchos presuponen una actitud de «respeto» a la decisión que libremente adopte Botella. Por su parte, su compañero en la Puerta del Sol, Ignacio González, a la sazón delfín de Aguirre, sí ha manifestado, empero, su deseo de continuar lo que pondría fácil a su mentora el cartel que plantearía a Génova.

Pero al calor de las quinielas en la capital, también cobra fuerza la candidatura de la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, en gran sintonía con Aguirre, pero que ha adquirido un importante protagonismo político propio como representante del Estado en Madrid. La delegada suena tanto para alcaldesa como para presidenta y sus apoyos no son pocos: tanto Cospedal como la vicepresidenta Sáenz de Santamaría (su jefa en el Gobierno) valoran su gestión.

Es decir, una foto de cuatro personas para solo dos cargos, sin olvidar que los sondeos de Génova también incluyen «invitados» no madrileños, para testar su apoyo popular. Así, en la última encuesta han sido sometidos a la estima de los ciudadanos Santamaría y Manuel Pizarro junto a los postulantes citados. Pero Aguirre sigue ganando el refrendo de los votantes. Por eso hará valer su opinión.