El PSOE se precipita hacia la contradicción

La pérdida de esa oportunidad causó un profundo malestar en sectores del PSOE. También lo están produciendo los titubeos de Rubalcaba sobre si sentarse a pactar o no la renovación nada más y nada menos que del órgano de gobierno de los jueces , el Consejo General del Poder Judicial, que en los próximos años tendrán que nombrar a un centenar de presidentes de altas instancias en cuyas manos estará en el futuro el caso Bárcenas y también el de los EREs de Andalucía.

Pero el malestar por el empecinamiento de Rubalcaba va a rayar hoy en el sentimiento de ridículo cuando el Grupo Socialista, como ha confirmado este mediodía, vote en contra de la Ley de Transparencia en la que, vía enmienda, tienen la paternidad de contenidos tan importantes como los que afectan al régimen de sanciones y al ámbito de aplicación de la norma. Propuesta del PSOE, sin ir más lejos, ha sido que la Casa Real esté sujeta a iguales obligaciones que el Congreso, el Senado o el Tribunal de Cuentas, y se hayan incorporado al control de esta ley partidos y sindicatos, organizaciones empresariales o entidades privadas cuya financiación sea mayoritariamente pública.

Aunque sea una contradicción flagrante, los socialistas también han anunciado que se abstendrán en el momento en que la Cámara someta a convalidación esas enmiendas que tanto pelearon, al igual que ya se abstuvieron en la Comisión Constitucional que informó la Ley de Transparencia. Aunque fue por error. Lo que de verdad querían es haber votado en contra. Y así lo hicieron constar en acta.

Como se recordará, los socialistas se levantaron de aquél debate y hoy ha sido su ponente, José Enrique Serrano, quien ha subido al hemiciclo para defender como ha podido el contrasentido de las cambiantes posiciones del PSOE en este asunto. «Vaya ley para estrenarse en esto», han sido sus primeras palabras al subir, parece que por primera vez, a la tribuna.