Margallo destituye en un año a tres de sus cargos de modo fulminante

Fernández Fábregas, un veterano diplomático, que llevaba cuatro años en Polonia, se mostró sorprendido y declaró a ABC: «No creo que llevar una camiseta de la selección o enarbolar una bandera española sea motivo de cese. Al contrario, lo que se hizo fue celebrar el triunfo de España y reflejar el orgullo de ser español».

Más recientemente, fue destituido el cónsul general en Boston, Pablo Sánchez-Terán, a quien el ministro no perdonó que el 17 de abril cerrara las oficinas del Consulado a la hora que tenía previsto, pese a que momentos antes se había registrado el atentado del maratón. Sánchez-Terán también se mostró disconforme y alegó que en todo momento tuvo el teléfono disponible.

La última de las destituciones fulminantes ha sido la de Juan Carlos Gafo, director adjunto del Alto Comisionado de Marca España, después de que en su cuenta de Twitter escribiera: «Catalanes de mierda. No se merecen nada», como respuesta a los pitidos al himno nacional en los Mundiales de Natación de Barcelona. Poco después, Gafo mandó otro tuit en el que manifestaba su respeto total a los catalanes y justificaba su «cabreo», al tiempo que decía: «Yo nunca pitaría el himno catalán». El lío montado en las redes llevó al ministro a destituirle. El último tuit sobre el asunto publicado por Gafo, jefe de Protocolo de la Presidencia de Gobierno entre 2004 y 2008 y exembajador en Líbano, fue: «Pido disculpas a los catalanes. Fue un error y pido perdón por mis afirmaciones. Dejaré Marca España. Los que me conocen saben que no pienso así».